—Totalmente. Es una maravilla comprobar que el ecosistema en Galicia está madurando y lo hace a todos los niveles. Las startups están bastante unidas. Hay una pata institucional, con muchos clústers; las universidades están muy comprometidas con el tema, por primera vez hay un fondo de inversión gallego. Está claro que faltaba un actor que viniese a cubrir esa parte de asesoramiento legal. El área está dedicada a ellos. Es una apuesta a futuro. Las queremos aquí y no que se tengan que ir fuera.
—¿Cómo se conjuga un servicio que tiene tantas especialidades?
—Somos expertos en rondas de inversión y derecho tecnológico, pero si necesitamos consultar un tema laboral, de contratación, tenemos a compañeros expertos que nos lo van a resolver al momento. Es muy interesante trabajar con estas empresas. El cambio es chocante, pero es más sencillo trabajar con ellas que con otras compañías. Son ágiles, hay comunicación y respetan los ámbitos del saber.