Aeropuertos y hoteles de medio mundo lucen cocinas de Lugo

LA GALICIA ECONÓMICA

OSCAR CELA

Grupo Migan, la primera empresa que empezó a fabricar frigoríficos en Galicia lleva sus soluciones integrales de maquinaria y mobiliario al sector sociosanitario y hostelero. A pesar de la crisis, han aumentado un 40 % su facturación

28 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cocinas de aeropuertos, hoteles, hospitales, geriátricos y centros comerciales de medio mundo llevan sello lucense, concretamente, del Grupo Migan, pioneros y expertos en la refrigeración industrial y fabricantes, distribuidores e instaladores de cocinas industriales a medida. La empresa lucense lleva seis décadas en el sector y fue la primera de Galicia en comenzar a fabricar frigoríficos, en 1961. El negocio fue creciendo y en la actualidad fabrican maquinaria y mobiliario para todo el mundo. La empresa ofrece un servicio integral, que abarca desde el diseño hasta la instalación, pasando por la fabricación y el asesoramiento. Fabrican todo el mobiliario (armarios, mesas, estantes, bajomostradores...), además de frigoríficos y campanas extractoras, a medida; fundamentalmente, en acero inoxidable. Pero también emplean otros materiales: madera, vidrio, silestone, corian, mármol... puesto que se encargan asimismo de fabricar otros elementos en los que el diseño tiene más peso, como bufés de comedores, vitrinas o escaparates. De todos modos, señalan que las modas no han cambiado mucho en el sector: «El producto industrial está menos condicionado por los estilos. Aun así, mientras antes predominaban los redondos en las encimeras, ahora se prefieren las líneas puras y las encimeras monoblock», explica Miguel Ángel Pérez, CEO de Migan.

Por otro lado, además de fabricantes, también son distribuidores. Explica que comercializan todo tipo de maquinaria industrial de primeras marcas a precios competitivos, como hornos, lavanderías industriales o lavavajillas. Y con esa filosofía ofrecen una cobertura mundial, yendo directamente al consumidor final. En su cartera de clientes se cuentan grandes complejos de todo tipo: el HULA, en Lugo; residencias de la tercera edad de Geriatros, Domus VI, cocinas centrales de Citroën y Serunión, en Vigo; Hotel Hilton en A Coruña; geriátricos en Barcelona; áreas de servicio de la AP-7; locales hosteleros en los aeropuertos de Santiago, Barcelona, Madrid, Lisboa, Oporto, Palma de Mallorca, Alicante, Asturias...; sede central del Banco Central de Etiopía; centros comerciales en Puerto Rico, México y Arabia Saudí; hoteles en Barcelona, Madrid, Sevilla, Tenerife, Milán, Alemania... Y es que la exportación ha ganado peso con la pandemia, pasando del 20 a casi el 70 %, y cubriendo países de todo el mundo: desde Europa hasta Asia, África (Guinea Ecuatorial, Etiopía, Marruecos...) o América (México, Puerto Rico, República Dominicana...). «El sector se vio muy afectado por la pandemia, pero nuestros clientes, al ser grandes, no detuvieron sus inversiones». No en vano, este año aumentaron la facturación un 40% y esperan llegar a 10 millones.

La vista puesta en China

Migan sigue abriendo nuevos mercados. Ahora han puesto el ojo en China, donde iniciaron contactos con una constructora, que ya fructificaron en varios encargos. Próximamente participarán en una feria en Pekín, que les servirá para abrir contactos con otras firmas asiáticas. El chino es «un mercado con un potencial muy alto», explica Pérez Trabadelo, ya que cada vez demandan productos de mayor calidad: «Ellos son muy buenos en optimizar las grandes producciones estándar, pero no tienen nuestro know-how ni ofrecen un servicio completo y a medida como el que hacemos nosotros».

 En cuanto a la crisis actual, Migan acusa, como el resto de empresas del país, el incremento del precio de las materias primas: «Trabajamos mucho con acero, y hoy en día subió un 80 %; el hierro, un 70; el cobre, un 47; el aluminio, un 26... y son subidas semanales». A esto hay que sumar el problema del transporte internacional. En su caso, la escasez de materiales no es un contratiempo por ahora, ya que disponen de suficiente estocaje. Por otro lado, Migan tiene otra línea de negocio, bajo la marca Lufri: «Fabricamos a medida, pero en los 80 vimos que también había demanda de material estándar: armarios y bajomostradores frigoríficos, botelleros, mesas para pastelería, pizzería, murales... y lanzamos Lufri». Una rama con «bastante competencia», algo que no ocurre en los encargos a medida, ya que en España hay bastantes comercializadores, pero pocos fabricantes.

Purrinos Fotografos

«Los frigoríficos de los años sesenta se elaboraban con madera y formica»

 

L. López

Miguel Ángel Pérez Trabadelo, CEO del Grupo Migan, forma parte de la segunda generación al frente de esta empresa familiar, que fundó su padre, Miguel Ángel Pérez López, en 1961. Lleva 40 años en la firma, que no ha parado de crecer desde sus inicios. Aunque la sede central sigue en Lugo, con dos naves para las oficinas y la fábrica, de 10.000 metros cuadrados, también disponen de delegaciones comerciales en Madrid, Barcelona, Navarra, Valencia, Granada y Canarias, y una plantilla de 60 trabajadores.

—¿Cómo nació el Grupo Migan?

—En los años cincuenta, mi padre comercializaba cafeteras para restaurantes. Entonces, se dio cuenta de la necesidad que había de cubrir el sector del frío industrial, puesto que no había nada en el país en cuanto a fabricación. Así montó Frigoríficos Migan, en Lugo, él y siete empleados.

—¿Cómo eran esas neveras de los años sesenta?

—Los primeros frigoríficos, de los años 60, se fabricaban con madera y formica. Los principales clientes eran entonces los restaurantes.

—La innovación ha sido clave.

—Por supuesto, por ello dedicamos una partida muy importante a I+D. Apostamos por la sostenibilidad y por el uso de gases con bajo poder de calentamiento global. Buscamos la eficiencia energética con bajos consumos y fomentamos la ergonomía en las instalaciones. Y es que la innovación no solo se aplica en la fabricación, sino también en los diseños: paneles de control digitales, sistemas de control remoto de cámaras frigoríficas, materiales con mejor aislamiento... El cliente es más exigente porque tiene más información y conoce mucho mejor el mercado.