Ingapan se pasa al dulce

D. Casas REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

OSCAR CELA

Su nuevo dueño, la catalana Europastry, especializa al grupo gallego en tartas y pasteles

22 oct 2019 . Actualizado a las 10:09 h.

En poco más de dos años, el grupo Ingapan, con sede en Lugo, especializado en masas congeladas y pan gallego, ha cambiado de dueño. Desde el pasado enero opera como una corporación bajo el paraguas del conglomerado alimentario catalán Europastry, y en estos diez meses no solo ha reforzado sus productos más emblemáticos como empanadas gallegas, empanadillas, snacks y panes artesanales, sino que sus nuevos propietarios quieren convertir a la firma gallega en «el pulmón de los nuevos desarrollos y productos de tendencia en la gama de dulces», señalan fuentes de la multinacional.

En definitiva, Ingapan se transforma en pastelera y añade a la elaboración de pan y masas congeladas la producción de algunas de las referencias más novedosas de las 150 con las que trabaja Europastry en las más de 22 plantas con las que opera en todo el mundo, cinco de ellas en Lugo. En esa serie dulce trabaja en colaboración con otras marcas del sector alimentario. De las líneas de producción gallegas han salido al mercado dos tartas elaboradas con nocilla y un nuevo pastel creado con la popular galleta caramelizada Lotus. Bizcochos, nakeds, tartaletas, tartas de almendra, planchas selectas y pastelería de estilo americano se han incorporado al catálogo de productos fabricados en Galicia.

Una gama surgida a raíz de las alianzas que Europastry ha emprendido este mismo año con otras marcas, como Nestlé o Ferrero, para preparar sus nuevos lanzamientos, algunos de los cuales llevan sello gallego. Pero de las líneas de producción de Ingapan no sale la masa con la que se elaboran los famosos Manolitos: los minicroissants de una pastelería de Madrid que han conquistado los paladares de toda España. «Nosotros le vendemos la materia prima exclusiva según su receta, y ellos terminan de desarrollar su propio croissant de mantequilla», explican desde Europastry. De esa mezcla se responsabiliza la fábrica de Tarragona, no la de Lugo, al menos hasta el momento. 

Más plantilla y facturación

El entendimiento entre Europastry e Ingapan no resultó difícil. Partían de una experiencia previa de trabajo conjunto. La que habían labrado durante la relación que iniciaron el 2017, cuando el gigante catalán se hizo con el 60 % de las participaciones, hasta entonces propiedad de la familia Chousa, que sigue al frente en cuestiones directivas y en tareas de gestión.

La toma de control del 100 % por parte del conglomerado catalán -también de propiedad familiar, de los Gallés Gabarro- no solo ha implicado la especialización de las líneas de producción, sino que ha aumentado la plantilla y su facturación. Los algo más de 400 trabajadores se han convertido en 632, tras la integración; y el volumen de negocio a cierre del 2018 -el ejercicio previo a la compra del total de activos- superó los 88 millones de euros.

Unas cifras que mejorarán al cierre de este año, si se cumplen las previsiones. La capacidad productiva gallega sobrepasará las 60.000 toneladas anuales. Para hacerse una idea de su dimensión, de sus plantas en la comunidad salen más de 200.000 empanadillas y 170.000 barras de pan, a lo que ahora se añaden tartas y pastelería, así como la comercialización de la Pinsa Di Nico de Saint Honoré, una especie de pizza hecha a mano, cocida en un antiguo horno de leña y que integra en su receta una masa madre elaborada con ingredientes de origen gallego como la uva Loureiro. Su creador es Nicola Morganti -hijo de un afamado chef afincado en Galicia-, que tiene su propio taller de pan en la localidad de Cea

Salida a Bolsa

La asignatura pendiente de Europastry es decidir si coloca parte de su capital en bolsa. «Continúa en estudio», afirman fuentes del hólding. Los analistas lo daban por hecho ya a finales de la primavera pasada, pero el salto aún no se ha producido. Se trata de una operación atractiva. Aportaría entre 1.000 y 1.500 millones de euros, muy necesarios en la carrera internacional emprendida por la catalana, que factura más de 800 millones y cuenta con una plantilla de 4.500 trabajadores.