Galicia tiene hoy el 90 % del empleo que había antes de la crisis, según Abanca

juan aceiro / i. c. SANTIAGO / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

XOÁN REY | Efe

La economía gallega crecerá este año a un ritmo de entre el 2,1 y el 2,3 %

19 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La economía gallega creció el 2,8 % en el 2018, por encima de la media española. Y este año ambas lo harán a un ritmo similar. El avance del PIB gallego estará entre el entre el 2,1 y el 2,3 % (el Gobierno central ya ha anunciado que revisará al alza su estimación, ahora en el 2,1 %). Es una de las conclusiones del estudio A economía galega 2018, que elaboran Abanca y Afundación y sintetiza los principales indicadores macroeconómicos. En él han colaborado el Instituto de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (Idega), la USC y el Instituto de Educación Superior Intercontinental de la Empresa (Ieside).

Pedro Otero, director gerente de Afundación y secretario general del Ieside, apuntó durante la presentación ayer del documento que el informe permite «detectar os puntos febles e fortes do panorama socioeconómico de Galicia para actuar en consecuencia». Alberto Meixide, director del Idega en la USC, recalcó que, en el marco internacional, la evolución de la economía gallega se verá especialmente afectada de producirse «un brexit duro e o aumento do proteccionismo nalgunhas das principais economías».

El informe destaca también la reducción del número de desempleados en más de 25.000 personas el año pasado, «con especial descenso, do 71 %, entre os parados de longa duración», recalcó Meixide, aunque matizó que «é un avance inferior á media española». Así, el empleo en Galicia, aun siendo el 2018 el mejor año de los últimos once, ronda hoy el 90 % del que había antes de la crisis. Destacó también la sincronía entre la evolución del PIB autonómico y el nacional, el 2,8 % y el 2,6 % respectivamente, un fenómeno que «non acontecía desde hai case década e media».

Aunque los indicadores de los principales sectores señalan un claro crecimiento, Meixide advirtió que «se está producindo unha senda de desacelaración xeral». En el ámbito agroalimentario, «persiste un déficit estrutural, que é a falta de peso da industria transformadora, que no 2018 estaba arredor do 30 ou o 35 %, cando na maioría das economías do noso contorno supera o 50 %» y se aprecia «unha caída a longo prazo do seu emprego», aunque destaca «un aumento do sector vinícola, tanto en produción como en calidade».

Otro de los sectores golpeados por esta desaceleración es el pesquero. Según Meixide, el informe muestra una «menor incidencia da pesca fresca, tanto en volume como en facturación», aunque se alcanzaron «as cotas máis altas na cotización dos seus prezos medios no que vai de século». Por su parte, la industria parece haber soportado mejor esta tendencia al estancamiento, ya que «experimentou un crecemento moi importante, froito sobre todo do sector enerxético». No obstante, en la industria se perdieron 2.100 empleos.

Los mercados de la construcción y el comercio exterior también se enmarcaron en esta tendencia de frenada. Sobre el primero, uno de sus principales impulsores en el 2018 fue el sector público que, según Meixide, «foi bastante positivo, cun incremento do 68 %, ligado especialmente ás infraestruturas ferroviarias». Mientras, en el terreno comercial, aunque se batieron récords en importaciones y exportaciones y su saldo se mantuvo positivo, su mayor defecto fue que «o crecemento porcentual das primeiras duplicou o das segundas», con un 10,9 y un 4,9 % de aumento, respectivamente.