El cerco gallego se queda sin sardina ni esperanza ante una Bruselas inflexible

Cristina Porteiro
cristina porteiro CORRESPONSAL / BRUSELAS

LA GALICIA ECONÓMICA

CARMELA QUEIJEIRO

El sector pide aumentar las capturas hasta las 15.425 toneladas: «Isto pode ser a fin»

09 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«O sector está moi mal. Isto pode ser o remate». Así de pesimista se mostró este miércoles el representante de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, tras pedirle al director general de Pesca de la Comisión Europea, João Aguiar, una revisión al alza de las capturas de sardina para el 2019.

Gallegos, andaluces y portugueses acudieron de la mano a la capital comunitaria para quejarse del método de cálculo del ICES en el que se apoyaron las autoridades para fijar una exigua cuota de 10.799 toneladas. Aseguran que los resultados no son fieles a la realidad y que hay más ejemplares que el año pasado, cuando el margen de capturas fue superior (14.600 toneladas).  

«No llegamos ni a julio»

La flota cree que no llegará al verano, más teniendo en cuenta la «abundancia» del pelágico que están observando las embarcaciones gallegas. Y lo que es peor, la mayor parte de los buques afectados no tienen capacidad de desplazarse a otras pesquerías como la de la anchoa del Cantábrico. «Con 2.000 quilos por barco que toca, se o reparto fose lineal, é imposible organizar unha pesquería. Xa veremos cantos quedan polo camiño», denunció García, quien cree que tanto la CE como los gobiernos de España y Portugal están «atados de pés e mans polos científicos».

A pesar del ingente esfuerzo por reducir la presión sobre el stock y de la mejora de los indicadores de mortalidad y biomasa, el sector se siente víctima de una cacería. «Estas posibilidades de pesca no ayudan a mantener unas condiciones de supervivencia mínimas», reza la declaración ibérica rubricada también por la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Pero ni la urgencia del colectivo ni los malos augurios en el plano socioeconómico consiguieron ablandar a la Comisión Europea. La cifra es inamovible. ¿Qué hará si el día de mañana el ICES insiste en una veda? «Non creo, e agardo non chegar a ese extremo», deslizó García antes de apuntar también con el dedo a los responsables políticos: «Pensamos que España e Portugal non foron o suficientemente valentes para poñer outra cifra maior enriba da mesa».

El paisaje es desalentador. Los pescadores gallegos tendrán que amarrar antes de lo previsto y quedarse de brazos cruzados mientras observan cómo la xouba se concentra frente a la costa. A esa sensación de impotencia se suma la preocupación en tierra, ya que muchos pueblos costeros como Portosín, Boiro, Rianxo o Ribeira son muy dependientes del cerco. Está por esclarecer si el nuevo palo de Bruselas a la pesca gallega se traducirá en escasez y altos precios en el mercado este verano.