La gallega Bricoking inicia la liquidación de sus últimas siete tiendas propias

La Voz

LA GALICIA ECONÓMICA

CARLOS CORTÉS

Los centros de la firma ofrecen a los clientes descuentos de hasta el 70 % en toda la mercancía

03 abr 2019 . Actualizado a las 09:50 h.

El desmantelamiento de Bricoking sigue su curso. La firma gallega de bricolaje inició esta semana la liquidación de siete de sus nueve centros ofreciendo a los clientes fuertes descuentos de hasta el 70 % en toda la mercancía. El proceso afectará a los centros de Vilagarcía, Vigo, Ribeira, Ribadeo, Lugo, Monforte y Ponferrada, que son los que la compañía tiene en propiedad. Quedarán así al margen los de O Porriño y Pontevedra, gestionados por franquiciados.

Fuentes próximas al proceso concursal aseguran que la intención es liquidar toda la mercancía de los centros afectados antes de que acabe el mes de abril, para dar margen a que cristalice alguna posible oferta de compra. A pesar de que el futuro de los establecimientos y de los trabajadores todavía es incierto -y no se aclarará hasta que finalice el proceso-, los doce trabajadores del establecimiento de Ponferrada ya han sido informados de su despido. Y no porque la empresa se lo haya comunicado. Según informan medios locales, los empleados del centro del polígono de Montearenas recibieron la notificación de su cese a través de un SMS de la Seguridad Social que les informaba de que los habían dado de baja.

Mientras, en las tiendas los fuertes descuentos -de hasta el 70 %- se convirtieron en un reclamo para los clientes. En centros como el de Monforte, se produjeron largas colas de personas que acudían a la rebaja.

Una treintena de tiendas

La caída a los infiernos de Bricoking comenzó en el 2016, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña publicó un auto en el que se acordaba la entrada de la empresa en concurso de acreedores. La firma propiedad del empresario Juan José Jaén era incapaz de hacer frente al pago de sus deudas. Según la documentación presentada por la compañía en aquel momento, el activo era de 23 millones, mientras que el montante de sus obligaciones financieras superaba los 24 millones. Atrás quedaban los días dorados de una empresa que llegó a gestionar una treintena de establecimientos por toda España.