La cámara de comercio de Pontevedra alerta de que si la pastera se ve obligada a dejar Pontevedra se producirá un efecto dominó en toda la economía gallega
01 abr 2019 . Actualizado a las 15:44 h.La Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía sentó hoy, lunes, a sus principales espadas a la misma mesa, así como al presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra. Lo hizo para defender la continuidad de Ence en Lourizán. En esa cita se indicó que con los problemas de esta empresa se está creando una inseguridad tremenda en todo el territorio nacional, «con perjuicio para la marca España». Y que ya hay inversores extranjeros que se echan para atrás al ver que «se quiere cerrar una fábrica como esta».
Empezó hablando el presidente de la cámara, José García Costas, que insistió en algunos de los argumentos esgrimidos ya por la propia empresa o por sus trabajadores. Así, habló de que se perderán 400 puestos de trabajo directos y que también se verán afectados otros 2.700 trabajadores de empresas contratistas vinculadas con la actividad de Ence. Igualmente, citó que se quedará sin alternativa de venta el 50 % de la producción forestal de Galicia, y que eso pone en riesgo otros 5.000 empleos.
Dijo también que está sorprendido y molesto por el «injustificable repentino de criterio de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar de renunciar a la defensa de su propia decisión de prorrogar la concesión de la biofábrica». E indicó en que este «cambio arbitrario en el criterio solo puede ser explicado en clave electoral».
El discurso del presidente de la Cámara, al igual que el de los demás directivos, fue subiendo de tono conforme fue hablando. Así, a preguntas de los periodistas, Costas señaló que el traslado de Ence «podría estudiarse pero después, una vez aprobada la prórroga». En cambio, Eduardo Barros, vicepresidente cameral, fue mucho más tajante: «El traslado es intratable, impensable totalmente. Por sentido común y de empresa», dijo. Luego, incidió en que «si cierra Ence, caemos todos». Y puso ejemplos. Citó que en Pontevedra, una ciudad donde el peso del funcionariado es alto, estos trabajadores también notarán el efecto de Ence. «Sus casas perderán valor, por ejemplo», indicó. Habló también de que el Estado no tiene dinero para invertir en Lourizán si Ence se marcha. Así que el escenario que quedará si la pastera cesa en su actividad será «un auténtico desastre».