La flota gallega se prepara para el inminente hundimiento del «brexit»

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

LA GALICIA ECONÓMICA

PEPA LOSADA

Londres no aclara si dejará las aguas abiertas hasta final del 2019 para evitar el caos

24 feb 2019 . Actualizado a las 21:04 h.

«Galicia é a principal rexión pesqueira de toda a UE, polo tanto, cando outras rexións teñen unha tos, Galicia ten unha pulmonía», explicaba esta semana en Bruselas la conselleira do Mar, Rosa Quintana. En la capital comunitaria, en las cancillerías europeas, en la Xunta y en los puertos gallegos no se habla de otra cosa: el brexit. El proceso de divorcio se va a pique. El gobierno británico es incapaz de sacar adelante el acuerdo pactado con la UE a poco más de un mes de decir adiós. Eso solo puede significar una cosa: problemas.

Una salida abrupta obligaría a la menguante flota gallega a abandonar las aguas británicas el próximo 30 de marzo. Se trata de 66 buques, la mayoría palangreros de fondo, que todavía resisten y faenan en aguas del Gran Sol. Otros 20 congeladores galaicos que operan en las Malvinas y 30 armadores gallegos con buques de bandera británica correrían la misma suerte. Estos últimos conservarán sus derechos en el Reino Unido, pero no podrán desembarcar en puertos europeos para comercializar las capturas si no hay un acuerdo.

Mucho en juego

El empleo de unos 1.700 tripulantes está en el limbo y Galicia hace cuentas. «Por cada posto de traballo no mar, en Galicia se xeran catro en terra», explica Quintana, inquieta por la falta de previsión de los británicos. Se aproxima el peor de los desenlaces, y Galicia prepara la salida. «A Autoridade Portuaria de Vigo xa comezou a facer un plan de continxencia. O Igape está a organizar concursos con consultoras para que poidan asesorar a diferentes sectores e o goberno central acaba de facer pública unha oferta de incremento de postos de traballo en aduanas», explicó la conselleira. Bruselas ya había lanzado un salvavidas al sector pesquero el 23 de enero al proponer a Londres la extensión del statu quo en el mar hasta el 31 de diciembre del 2019. Se trata de una tregua política para permitir el acceso recíproco de las flotas. Pero la UE sigue sin respuesta del gobierno británico.

Ante la perspectiva de que el brexit naufrague, la Comisión ha anunciado que pondrá el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) a disposición del sector para sufragar paralizaciones de la flota. Una solución que no convence a la Xunta: «O sector é de suficiente entidade como para que a UE sexa capaz de atopar fondos adicionais», se quejó Quintana. ¿Cómo se ve el precipicio desde el otro lado del Canal de la Mancha? Un documento de trabajo reciente de la Cámara de los Comunes apremia al Gobierno a cerrar «alguna forma de acuerdo» con Bruselas, que lo quiere listo para el 1 de julio del 2020. Y es que el 74% de las exportaciones pesqueras británicas acaban en la UE (1.230 millones), con Francia (393), Irlanda (189) y España (183) como principales clientes, según las cifras de la Alianza Europea de la Pesca. La organización insiste en mostrarse unida, a pesar de que las flotas de Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda y Bélgica se verán mucho más afectadas sin un acuerdo. Ese es el talón de Aquiles que pretende explotar el Reino Unido para lograr mejorar las condiciones de su flota tras el brexit.

«El gobierno podría usar el acceso de la flota (europea) a aguas británicas para mejorar sus cuotas», sugiere la Cámara de los Comunes. Una maniobra que significaría modificar el principio de estabilidad relativa en el reparto, una demanda que siempre ha respaldado la flota española, penalizada al acceder a la UE. La única línea roja inamovible es la de vincular el acceso a aguas al acceso al mercado interior. Londres no está conforme, aunque reconoce que la imposición de aranceles el día después de su salida podría encarecer sus exportaciones en 47 millones.

Diplomáticos británicos y comunitarios, confiados en que habrá acuerdo 

Lejos de Westminster y de Berlaymont, el panorama en que se moverán el Reino Unido y los Estados de Europa después de la desconexión que supone el brexit se ve de forma más optimista. Para muestra, el director de la Oficina Económica de la Embajada del país británico en España, Bill Murray. Aunque señala que «no es posible negociar la relación futura sobre la pesca hasta que nos hayamos ido de la UE», está convencido de que la pesca va a ser parte capitular de esa negociación. «Sabemos que para Galicia este capítulo es muy importante, por ejemplo, por todo el calamar que se captura en las islas Falklands (Malvinas) y que, sin acuerdo, se quedarán sin acceso a los mercados», dijo Murray en un foro organizado esta semana en Vigo por el ICEX y el Igape sobre los retos y oportunidades que se presentan para la economía gallega tras el brexit.