El bufete no desaparece, se transforma

María Viñas Sanmartín
María Viñas REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

ALBERTO LÓPEZ

El fenómeno «legaltech» revoluciona el sector: Lexdigo es, al mismo tiempo, buscador de abogados y despacho «online», una plataforma en la que cualquiera puede contratar servicios legales y un espacio privado en línea para que los abogados gestionen sus casos

24 feb 2019 . Actualizado a las 05:12 h.

El miedo, de tan denso, casi puede masticarse: las startups legales amenazan al negocio tradicional de los bufetes de abogados, alertan las predicciones más catastrofistas. Nada más lejos de la realidad: el despacho clásico no desaparece, se transforma y se aprovecha de nuevas posibilidades y nichos de mercado. El abogado tiene un nuevo espacio en el mundo virtual. Mar y Leticia Seara, hermanas y responsables de Lexdigo, respaldan totalmente esta tesis. Tanto, que la han hecho suya a la hora de presentar su recién desembalado proyecto, una plataforma web que derriba barreras físicas para conectar profesionales con usuarios. Ambos salen ganando: los letrados, agilidad y visibilidad; los particulares, una vía para encontrar fácilmente un abogado que se adapte a sus necesidades y a las características concretas de su caso.

La idea de poner en marcha Lexdigo surgió hace dos años, cuando las Seara, ambas abogadas, se propusieron innovar en un sector arcaico, extremadamente rígido. El planteamiento se perfiló claro desde el principio, «una plataforma en Internet para que los usuarios pudiesen acceder de forma directa a un jurista y resolver sus dudas legales cuando estas surgiesen, sin esperas ni desinformación, y, al mismo tiempo, para que los profesionales de la abogacía pudiesen optimizar su tiempo, conciliar y conseguir nuevos clientes a través de un despacho online sin aumentar costes de oficina», resumen ahora, a punto de despegar, desde la Fundación CEL de Lugo. Llevan meses atando los últimos flecos de un proyecto que comenzó a tomar forma en la incubadora de empresas Yuzz Lugo, promovida por el Banco Santander, y que acabó de definirse en ViaGalicia, donde resultó ganador en la edición del 2018.

Insisten Mar y Leticia Seara, capitanas de un equipo que completan dos personas encargadas de desarrollo web y una tercera, responsable de comunicación, en que su intención no es sustituir a los abogados, sino dotarlos de herramientas para hacer su profesión más moderna, accesible y eficaz. Ponen el acento en los «despachos sin barreras, abiertos, globales y sin un espacio físico al que ceñirse, un nuevo modelo que permita aprovechar los tiempos muertos en los juzgados y ahorrar gastos». En el de Lexdigo se localiza, además, un marcado e importantísimo componente social, ya que las personas con discapacidad auditiva o con problemas de accesibilidad, también aquellas que residen en núcleos rurales y apartados, tienen a través de esta herramienta la oportunidad de realizar sus trámites de forma más sencilla e independiente, sin necesidad de desplazarse físicamente a una oficina. «Teníamos claro que queríamos dar soluciones, evitar desigualdades y facilitar el acceso a la resolución de problemas», sostienen.

Entre otras ventajas de la plataforma, destacan también su privacidad e inmediatez: «Cualquiera puede contactar con un abogado, en cualquier momento y desde cualquier lugar, y preservando la intimidad, sin que queden registradas llamadas y sin tener que acudir a un despacho, lo que resulta especialmente delicado en casos como denuncias por malos tratos, divorcios o asuntos personales». Lexdigo permite además gestionar reclamaciones a entidades públicas o compañías privadas, o recurrir multas de forma directa y sencilla, siempre a través del contacto con abogados, nunca reemplazando su labor. Para estos, este proyecto no solo es un provechoso escaparate; también un simplificador de procesos, casi un analgésico para sus dolores de cabeza: pagan una cuota mensual o anual, en función de las funcionalidades que elijan, que les da acceso a un despacho en línea. Desde él, pueden gestionar casos nuevos y antiguos, comunicarse con clientes vía chat o videoconferencia, ordenar y compartir documentos, y llevar al día la facturación.