Fernando Míguez, gerente de Autos Cal Pita: «El mar me da paz»

Sofía Vázquez
sofía vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

LA GALICIA ECONÓMICA

CESAR QUIAN

El directivo subraya que Alsa les aporta músculo financiero y fortaleza económica ante los retos inmediatos

26 ene 2019 . Actualizado a las 21:56 h.

Llega a la compañía y saluda con un «buenos días», que entona según abre la puerta. A los pocos minutos se le ve con un cigarrillo en la mano, y se muestra dispuesto a hacer de guía por cada uno de los rincones de la empresa. Fernando Míguez Rey (30-9-1959) es la tercera generación de una familia dedicada al transporte. Recuerda a su abuelo, que inició el recorrido en las ferias. Luego a su tío y su padre, que se abrieron paso en el mundo de las concesiones. El tranvía que unía A Coruña y Sada tiene mucho que ver con el nacimiento del grupo Cal Pita, firma que hoy gestiona el transporte metropolitano de Culleredo, Cambre, Oleiros, Sada y parte de los municipios de Bergondo y Betanzos.

-En verano entró en el capital de Cal Pita [y del resto de sus empresas] la asturiana Alsa...

-Sí, nos da músculo financiero y fortaleza económica para afrontar los retos de futuro.

-¿Qué participación tiene la asturiana?

-No puedo decirlo. Mayoría.

-¿Ustedes estarían dispuestos a desprenderse de todo el capital?

-No se sabe.

-¿Lo han pactado?

-No.

-¿Está previsto?

-No está previsto.

-Quieren más músculo financiero para...

-Las nuevas reglamentaciones que vienen. Por ejemplo, la europea de concursos públicos, que limita las concesiones a diez años. Este año salen todas, absolutamente todas las concesiones de Galicia. Es la primera vez que ocurre desde los años 60.

-¿Desde los años 60?

-Las concesiones vienen de una reglamentación de los años 40-50, cuando se daban por cien años. Se fueron recortando con leyes de transportes y distintas reglamentaciones. Ahora llega la legislación europea, en la que el plazo máximo es diez años, con una prórroga de quince que tiene que estar muy motivada.

-Las concesiones parece que son una especie de enchufes.

-No, para nada. Son fruto de una legislación. El servicio internacional está liberalizado, así como el escolar y el discrecional. Hay unas rutas [explica que unas rentables y otras menos] que salen en concesión, y las empresas que acceden a ellas están en un régimen económico de riesgo y ventura. Tienes esa parcela para operar y tienes que conseguir que sea rentable. Hay servicios que están subvencionados porque el precio por usuario no cubre el coste pero es muy importante socialmente dar el servicio.

-Ustedes hacen 756 expediciones (origen-destino) diarias. Hay veces que los autobuses parece que vuelan.

-Tenemos una velocidad media comercial de veintitantos kilómetros por hora. En un momento puntual, en una avenida vacía, puede que vayan a 60. Conduciendo un autobús va un profesional, que toma decisiones. Es el capitán del barco. Tenemos 80 autobuses, y al año recorremos tres millones de kilómetros.

-¿Durante la crisis bajaron el salario de los trabajadores?

-Se contuvo, creo que como en la mayoría de las empresas.

-¿Les cuesta contratar conductores? ¿Se les llama autobuseros?

-Nooo [se ríe]. Son conductores de autobús. Tampoco hay lancheros. Así que no está bien decirlo, se lo explicamos incluso a los niños. El conductor tiene que tomar decisiones dentro del coche. Es el que manda, es el responsable, es el guía.

-¿Tiene mando en plaza?

-Sí

-¿Y si un viajero llega borracho?

-No lo deja pasar. Tiene que mantener el orden. No es un policía, claro. No se puede extralimitar. Él toma las decisiones y nosotros lo apoyamos.

-¿Qué requisitos debe cumplir?

-Por ejemplo, un conductor no puede dar positivo en ningún control de alcoholemia ni de drogas. Ni en su ámbito profesional ni tampoco en el personal. Si pierde el carné también pierde su puesto de trabajo.

-¿Todos los conductores tienen todos los puntos?

-Sí, que yo sepa. Habrá una modificación en la ley de tráfico para informar a las empresas sobre este asunto. Es un anteproyecto. Pero además está la buena fe contractual y personal del trabajador, que en un contrato de trabajo se ha obligado a sí mismo a mantener las condiciones reclamadas para el puesto.

-¿Cuál fue el mejor conductor que tuvo esta compañía?

-Muchos. Despidos disciplinarios hubo cuatro en los últimos 40 años.

Durante la conversación cuenta que algún niño se pierde.

-Quedan en el coche, no los vienen a buscar, se pasan de la parada... Lo más habitual es que no vengan a buscarlos...

-¿Y qué hacen ustedes? ¡Vaya susto!

-[Asiente de manera afirmativa y se explica, y me fijo en que, aunque no se enfada, este asunto no le hace gracia] Depende del caso se toman unas u otras medidas. Si se reitera, llevamos al niño al cuartelillo para que lo vayan a buscar sus padres.

-¿Les pasa?

-Sí, sí, claro.

-Fuera de sus horas de trabajo, ¿qué le gusta hacer?

-El mar. Me da una paz tremenda. Tengo un barco velero. Lo acabo de comprar. Antes tuve barco de motor. Siempre le digo a mi mujer que me hubiera gustado ser marino mercante.

-¿Cómo se llama?

-Aún no me lo dieron. Cuando se entere mi mujer me mata.

-¿Tiene hijos?

-Tres. El mayor, que estudió ingeniería naval, trabaja en Kenia, en la multinacional de logística Maersk. Mi hija, que es arquitecta, está en Róterdam, trabajando en un proyecto de ampliación del aeropuerto de Ámsterdam. Es su primer trabajo. El pequeño estudia ingeniería mecánica. Los tres ingenieros.

DNI de la empresa

Quiénes son. Transporte de viajeros y escolar público. Las empresas son Cal Pita, Asicasa, Galbús y Seltesa

Facturación. 9 millones de euros

Empleados. 140

Domicilio social. Culleredo