El sueño de un juvenil a los 51 años

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE BARREIROS / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

Pepa Losada

Con molestias físicas, Marcos Rodríguez apura sus opciones de llegar este domingo a la final de Copa Diputación que el Iberia disputa ante el Becerreá tras perderse la del 1990 por una lesión

18 jun 2022 . Actualizado a las 21:32 h.

Nunca es tarde para cumplir un sueño. Marcos Rodríguez Rañón (San Miguel de Reinante, 1971) apenas era un adolescente que se asomaba al primer equipo cuando el Iberia CF alcanzó su primera final de la Copa Diputación. Una operación de menisco le impidió participar en un partido que los barreirenses perdieron en los penaltis tras igualar 3-3 contra la Milagrosa. A los 51 años y tras mucho insistir, siempre con la camiseta blanquiazul de los barreirenses, el fútbol ofrece una reválida en el encuentro de este domingo contra el Becerreá, en Sarria (A Ribela, 19.30 horas), aunque su participación vuelve a estar en el aire por unas molestias en el gemelo.

«Me pillas saliendo del fisio», confiesa cuando recibe la llamada de La Voz. «Estoy tratando el gemelo. Sufrí un pinchazo en los cuartos de final contra el Friol B y ya no pude jugar la segunda parte ni estuve contra el Catro Roldas. Probaré si puedo jugar; me hace mucha ilusión», explica consciente de que el clásico club de San Miguel, con 41 temporada a sus espaldas y actualmente militando en Segunda Galicia, está ante una oportunidad histórica.

«Llevo en el club desde los 12 años y a los 15 debuté en el primer equipo. He vivido muchos ascensos, unas cuantas temporadas en Preferente, pero levantar un título sería la guinda del pastel», admite un capitán que da largas cuando escucha la recurrente pregunta de cuándo llegará su retirada. «Tengo un buen amigo, Partai, que decía que le quedaban cinco o seis temporadas al máximo nivel. Pues eso —bromea—. Hablando en serio, no sé qué pasará el año que viene. Empezaré la pretemporada y según cómo me vea seguiré o pararé. A esta campaña le tenía miedo y la llevé bien», relata.

Regresar tras curso y medio de parón por el covid fue un desafío. «Tenía miedo. Fueron casi dos años sin jugar, en los que me dediqué a hacer bicicleta para mantenerme en forma. Cuando empezábamos, hablé con José Manuel para no jugar mucho, pero al final me fui encontrando bien y jugando casi todos los partidos. Estoy feliz por la respuesta de mi cuerpo», explica un defensa central que en otros tiempos también se atrevía a echar una mano como centrocampista: «Ahora ya no doy para tanto».

Con 51 años y 32 después de ilusionarse por primera vez con la Copa Diputación, todavía mantiene un rol importante dentro de un equipo donde ejerce de ejemplo para los más jóvenes dentro y fuera del césped: «Dónde me ves, aún debo ser el tercer máximo goleador del equipo. Metí seis o siete, todos en estrategia».

A las puertas del trofeo sin un solo partido en As Valgas

Tras varios años complicados, a las órdenes de José Manuel F. Teijeiro, con una buena conexión con la afición y una importante base de futbolistas de San Miguel, el Iberia ha alcanzado la final del torneo provincial para conjuntos de Segunda y Tercera Autonómica sin jugar un solo encuentro como local en As Valgas. «No teníamos mucha confianza en la Copa, pero cuando vas pasando rondas empiezas a creer», cuenta de un equipo que recurrió a los penaltis para apear al Roupar (3-3) y el Rioaveso (1-1), derrotó en los cuartos al Friol B (0-3) y después al Catro Roldas (1-3).

Su aventura termina en Sarria frente a un Becerreá del que Marcos reconoce no tener muchas referencias. «Jugamos en césped artificial y eso los favorece porque su campo también lo es. Creo que tienen un gran delantero», explica un hombre convencido de que su afición los llevará en volandas: «Va a venir mucha gente de San Miguel. Y apretarán».

Tras 36 años en el primer equipo, sin embargo, Marcos pone en valor el camino, independientemente de lo que ocurra en la final: «Que solo llegase a dos en tanto tiempo, con los buenos equipos que tuvimos, explica lo difícil que es». El capitán pone «muy buena nota» a un curso en el que se quedaron a solo un punto de la liguilla de ascenso. «Estoy seguro de que habríamos luchado por él hasta el final», proclama tras una temporada impecable, con 50 puntos en 22 partidos, solo cuatro derrotas y apenas 17 goles en contra.