A cabezazos delante de sus hijos en un partido prebenjamín en Pontevedra

FUTBOL GALLEGO

RAMON LEIRO

Progenitores de los jugadores de la AJ Lérez y la EFB Moañesa se enzarzan en una batalla campal ajena al partido por la situación de algunos en las gradas

15 mar 2019 . Actualizado a las 15:46 h.

«Los niños estaban desesperados». «Los pequeños salieron llorando». «Ante la gravedad de los hechos y la corta edad de los jugadores [siete años] contendientes he decido suspender el partido».

Así lo recogen los testimonios del presidente de la Agrupación Juvenil de Lérez, de un directivo de la Real Federación Gallega de Fútbol (RFGF) y del acta elaborada por el árbitro Alexander Vázquez Castro, que suspendió el encuentro de prebenjamín Primera Galicia, grupo 60 (liga local), entre la AJ Lérez y la Escuela de fútbol BAse Moañesa, después de que los progenitores de los jugadores de ambos equipos se enzarzasen en una batalla campal en la que hubo al menos un herido por un cabezazo, abundaron las agresiones y la Policía Local acabó identificando a varios implicados.

Tan solo unos días después de que unas madres de jugadores del Buño agrediesen con insultos machistas a una jugadora alevín del Laxe, el fútbol gallego vuelve a abochornarse por la conducta irresponsable e ilegal de los padres de los niños futbolistas.

A los veinte minutos del AJ Lérez-EFB Moañesa de prebenjamines que se estaba celebrando en el campo de A Xunqueira (en Pontevedra), según explican fuentes de ambos equipos, unos padres de jugadores de la Moañesa se situaron en las vallas que separan el terreno de juego de la grada, obstaculizando la visión de unas madres del equipo visitante, de modo que estas les pidieron que se hiciesen a un lado, a lo que ellos contestaron de malos modos.

Tal como refleja el árbitro en su acta, «se enzarzan en una discusión que va subiendo de tono hasta el punto de convertirse en una pelea». La pelea, en realidad fue una batalla campal en la que, al menos uno de los participantes, acabó sangrando por el rostro fruto de un cabezazo.

Varios testigos avisaron a la Policía Local, que intervino identificando a los integrantes de la pelea. Para entonces, el árbitro había suspendido el partido.

Desde la RFGF se condenó, una vez más (y van dos en apenas unas horas) el grave episodio. En la misma línea se pronunciaron los presidentes de ambos clubes. «Con los años que llevas en el fútbol, no llegas a entenderlo», decía el máximo dirigente de la AJ Lérez, Carlos Rodríguez. «Es lamentable. Tenemos que educar deportivamente a los niños y luego suceden estas cosas con los padres...», se quejaba.

El presidente de la EFB Moañesa, Rafael Villaverde, también calificaba la pelea de «lamentable». «Condenamos tajantemente lo sucedido. Habrá que ser duros con este tipo de acciones», afirmaba, mientras anunciaba: «Tomaremos medidas con esos padres. Lo valoraremos a nivel interno en los próximos días».

Carlos Rodríguez, por su parte, explicaba que «esos padres siempre se habían portado bien hasta ahora». «¿Que si tomaremos medidas? Esa gente lleva mucho tiempo en el club, tienen niños más mayores jugando en nuestros equipos, la conocemos de siempre y es gente ejemplar. Es el primer problema que tenemos con ellos y seguro que ellos son los primeros arrepentidos», analizaba. «A veces, las propias situaciones te llevan a estos momentos casi sin quererlo, por lo que me dicen. Nunca hubo queja de ellos y lo hicieron por defenderse», añade.

«Al final, va a haber que hacer un test psicológico y habrá gente que no podrá acudir a ver el fútbol», concluye.