Los jugadores del Valadouro se sentaron en el campo de Sarria para denunciar el arbitraje

Ignacio Meitín Buján
i. meitín buján VIVEIRO / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

gonzalo torres

Dos expulsiones y un par de penaltis fueron el origen del enfado de los jugadores del equipo visitante con el colegiado

06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchas preguntas flotan en el ambiente a raíz de la singular protesta llevada a cabo por el Valadouro en el campo de la Sarriana. Tras ser castigados con dos expulsiones y un par de penaltis, los jugadores del equipo mariñano optaron por sentarse sobre el terreno de juego de A Ribela con el partido en juego como medida de protesta contra la actuación arbitral. ¿Serán sancionados por ello? ¿A qué sanción se exponen? ¿Debió tomar medidas disciplinarias el colegiado en el propio campo? Son algunas de las dudas que asaltan a los aficionados.

Emilio Rosanes, exárbitro de Segunda División B, asesor técnico de distintos clubes y profesor de análisis técnico de la Escuela Gallega de Entrenadores, considera que la conducta de los futbolistas visitantes constituye una actuación «impropia e inadecuada». «Y máxime cuando la propia legislación deportiva, a través de su Reglamento General y su Código Disciplinario, establece los cauces y mecanismos adecuados a los que puede acceder cualquier estamento si entiende que se trata de un perjuicio en sus intereses», explica Rosanes, quien duda sobre el criterio que aplicará el Comité de Competición de la Real Federación Gallega de Fútbol (RFGF) a la hora de juzgar los hechos. «Esta actitud pudiera ser entendida como contraria al orden deportivo y ser constitutiva de infracción, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 106.h del Código Disciplinario de la RFGF», afirma el excolegiado acerca de una protesta cuyo castigo, si finalmente se considerable punible, irá en función del nivel que marque el comité: leve, grave o muy grave.

Cabe recordar que los futbolistas del Valadouro optaron por esta medida con el encuentro a punto de finalizar y después de ver cómo la Sarriana consumaba una remontada que parecía imposible con 0-2 en el marcador.

La protesta duró «un tiempo aproximado de 45 segundos», dice el árbitro en el acta

«Tras la consecución del tercer gol por parte del equipo local (minuto 89), el equipo visitante efectúa el saque de inicio dándole el balón intencionadamente al equipo rial, sentándose en el suelo sobre el terreno de juego, permaneciendo en él sin disputar el balón un tiempo aproximado de 45 segundos hasta que decreto el final del partido por cumplirse el tiempo reglamentario». Es la única alusión que hace el árbitro en el acta del partido a la medida de protesta que adoptaron los futbolistas del Valadouro. La versión del colegiado contrasta con la que ofreció en un primer momento el preparador del conjunto mariñano, quien ayer seguía en sus trece. «No sé exactamente el tiempo que pasó, pero estoy completamente seguro de que fue algo más», señaló Julio Castro.

Además de discutir esta y otras afirmaciones que hace el árbitro en el acta y de recordar que no se guardó un minuto de silencio en memoria del dirigente lucense Manuel Díaz Souto, «O Neno», «cuando había una orden federativa», Julio Castro dejó claro que la actuación no fue premeditada. «Incluso querían abandonar el campo... Fue una reacción espontánea por la impotencia que sentían y para no hacer cosas de las que al final se pudieran arrepentir. La persecución era tan descarada que si seguimos disputando el partido a lo mejor acabamos con seis jugadores», añadió.

Acerca de la posible sanción que pueden recibir, Julio Castro declaró lo siguiente: «El club no es responsable y, por lo tanto, no debería ser castigado. ¿Los jugadores? Entenderíamos una sanción, pero de carácter muy leve porque su comportamiento fue en todo momento muy correcto y de respecto hacia el equipo contrario y su afición».