El Viveiro gana un derbi de guerreros en el Pepe Barrera

FUTBOL GALLEGO

MARI PERNAS

Dani Fernández, de penalti en el minuto 87, dejó sin premio el esfuerzo titánico del Ribadeo sobre un césped impracticable

06 nov 2016 . Actualizado a las 21:43 h.

Ribadeo: Tomás, Cube, Brais, Martín Traba, Juanma, Yoel, Iván Rodríguez, Mauro Poratti, Isma, Luki y Paulinho (Santi, min 75) 

Viveiro: Kiko, Rouco, Jorge, Dani Fernández, Rego (Alberto, min 83), Jorge Nano, Nes (Damián, min 92), Fidi (Arturo, min 72), Xenxo, Popo (Diego Chis, min 91) y Álex Meitín

Goles: 0-1, min 87: Dani Fernández, de penalti.

Árbitro: Hernández Giadáns, de Santiago. Amonestó a los jugadores locales Brais, Martín Traba, Paulinho e Iván Rodríguez, así como a su técnico, Fiz Rodríguez, y a los visitantes Fidi y Xenxo.

Incidencias: Algo más de 400 espectadores en el Pepe Barrera.

Ningún equipo debería haber salido sin premio del Pepe Barrera. Ribadeo y Viveiro hicieron un esfuerzo titánico por defender su escudo y brindar un derbi a la altura sobre un campo impracticable. Los futbolistas se dejaron el alma en el césped y, pese al barro, ofrecieron un partido muy animado, cargado de emoción y que dejó una larga lista de sobresaltos en las dos áreas. Después de 94 minutos de intensa lucha, le tocó a los locales sufrir el mal trago de la derrota. El equipo viveirense, con mejor fondo de armario que los locales, encaró el tramo final del partido con más fuerza y encontró la victoria en un penalti de Brais sobre Popo que convirtió Dani Fernández. Tomás, muy seguro y espectacular en dos remates de Arturo poco antes del 0-1, no pudo atajar el chut del central viveirense y los tres puntos volaron hacia Cantarrana.

El partido arrancó con el Viveiro llevando la iniciativa y asustando con un volea de Álex Meitín que se perdió por encima del travesaño y un disparo de Popo que tampoco encontró portería. De vuelta al campo tras el paréntesis por un intenso aguacero, el fútbol dejó paso a la lucha. Combinar se convirtió en una odisea y avanzar con el balón controlado, una misión imposible. Y fue el Ribadeo el que antes supo interpretar el nuevo escenario. Paulinho le ganó la espalda a la defensa y sacó un buen zurdazo, pero excesivamente cruzado, y poco después el brasileño volvió a probar suerte favorecido por un error en el despeje de Rego. En esta ocasión ajustó mejor su punto de mira, pero Kiko, bien colocado, atajó el cuero.

Ya había transcurrido algo más de media hora cuando los viveirenses, ayer de rojo, se convencieron de que las florituras debían quedar para otro día. Ganar era una cuestión de entrega más que de fútbol. Fue después de otro remate de Paulinho que sacó Álex Meitín cerca de la línea de gol cuando el Viveiro entendió lo que tocaba. Xenxo, solo, remató mal en el segundo palo un córner botado por Nes y al filo del descanso Tomás interceptó al límite un remate de Álex Meitín.

Las primeras aproximaciones con peligro del segundo período correspondieron al Ribadeo. Luki puso un centro medido que sacó Rouco con Isma presto para marcar y Poratti remató a las manos de Kiko tras otro buen envío de Luki desde el carril diestro. Lejos de amilanarse, el Viveiro creció. Sobre todo con la aparición de Arturo. El juvenil fabricó las dos oportunidades más claras del partido. En ambas, Tomás acumuló más méritos para optar al MVP del derbi.