El triunfador de «Mad Men» se pierde en «Vicios ocultos»

FUGAS

Jon Hamm en la serie «Vicios ocultos».
Jon Hamm en la serie «Vicios ocultos».

Más Hamm que nunca. El eterno Don Draper vuelve ahora a la televisión con un personaje lleno de ironía y de cinismo. Lujo, delincuencia y familia en un «show» en serie que engancha. En Movistar Plus

03 jul 2025 . Actualizado a las 14:16 h.

«Don Draper fue el responsable de vender el sueño americano y Andrew Cooper es el que lo ha comprado». (O tal vez robado, añado yo). Así explica el carismático Jon Hamm su transición desde el icónico personaje de Mad Men hasta su nuevo protagonista en la serie Your Friends and Neighbors terriblemente titulada en castellano como Vicios ocultos.

Y ahí está: rico, guapo y un poco más viejo, pero solo un poco. Si llevas diez años esperando a verlo resurgir ha llegado tu hora. Porque el Don Draper del año 2025 se llama Cooper (Coop para los amigos) y lo puedes encontrar en la nueva serie estrella de Apple TV que en España ha estrenado Movistar Plus. Y es que Jon Hamm lo ha vuelto a hacer. Ha logrado conquistarnos encarnando como nadie ese fabuloso american way of life bañado de glamur. Lamborghinins, patek philippes y galas de rigurosos esmoquin son solo la fachada de opulencia exagerada tras la que ocultar la vanidad de unas vidas en las que lo más importante es aparentar. Cuando Cooper pierde de su empleo en la city de forma inesperada hará cualquier cosa por mantener su estatus y no defraudar a su familia. Y ese cualquier cosa incluye pasarse a la delincuencia común.

Se convierte así en una especie de ladrón justiciero (y digo especie porque no reparte el botín con los pobres) que roba a sus vecinos de urbanización multimillonarios algunas de sus excesivas pertenencias sin que ni siquiera las lleguen a echar de menos. Y lo hace en compañía de una limpiadora hispana (Aimee Carrero) que pondrá el contrapunto de realidad a los delirios de lujo. Y todo les sale muy bien... hasta que algo va mal.

Y aunque cuesta un poco compadecerse de este privilegiado ejecutivo neoyorquino que a pesar de sus salario estratosférico solo tiene dinero ahorrado para mantener su extravagante tren de vida (su hipoteca alcanza los 300.000 dólares y su coche los 200.000) durante seis meses, al final nos acaba dando pena.

Pero no te angusties antes de tiempo, porque todo el show viene bañado por un toque de humor irónico que te hará reír. ¿Pensabas que Hamm no servía para el humor? Estabas equivocado. A mí también me sorprendió este nuevo registro.

Una esposa divorciada pero enamorada (Amanda Pet) y dos hijos adolescentes en estado de ebullición (Isabel Gravitt y Donovan Colan) completan el núcleo familiar que se desintegra por momentos y que Cooper se resiste a perder. Club de campo, partidas de golf, cenas exclusivas... adornan una trama de amor, sexo, ostentación y delincuencia que además de entretenernos nos plantea la vacuidad de unas vidas basadas en la posesión de bienes materiales. Cuanto más caros mejor. Esos mismos que Don Draper tan bien nos vendía en las siete temporadas y 92 episodios de Mad Men.

Hamm vuelve a encarnar un personaje con algo que ocultar, aunque en esta ocasión su secreto no parece carcomerlo tanto como cuando hacía de publicista que había robado la identidad de otro.

Sus fantasmas son más visibles y tangibles: su mujer le es infiel con su mejor amigo (una exestrella de la NBA que encarna Mark Tallman) y su jefe se la juega para dejarlo en la calle y sin recursos. Su american dream se derrumba y los ahorros no llegan.

Pero será la posibilidad que nos brinda su director Jonathan Tropper de meternos en la cabeza de Cooper lo que definitivamente haga de esta serie algo memorable. Esos diálogos en voz en off, que por momentos recuerdan a los libros de Joan Didion, es una de las piezas fuertes de esta serie de diez episodios que se vuelve adictiva desde el primero. Cooper nos explica qué hace, por qué lo hace y qué piensa de sí mismo. «Fue en momentos como estos… cuando me di cuenta de lo lejos que uno puede llegar en su vida, sin llegar realmente a ninguna parte», apunta el personaje. Una explicación irónica de la vida que resulta muy cautivadora.

La segunda temporada ya está en marcha, se estrenará el año que viene. Una espera demasiado larga. Pero si no has visto todavía (o la tienes ya olvidada) la icónica serie de publicistas de Madison Avenue (2007- 2015) que convirtió a Jon Hamm en un ídolo de la televisión lánzate a devorarla. A lo mejor hasta descubres la chispa de la vida...