King África, «bombazo» en el festival Surfin the Lérez: «Todos somos muy indies hasta que suena la primera charanga»
FUGAS

El artista pone la nota festiva y de color al festival Surfing the Lérez, en Pontevedra, en el que también estarán Ángel Stanich, Arizona Baby, Ortiga o Shego, entre otros
06 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.No faltó quien se echara las manos a la cabeza cuando el Surfing the Lérez anunció el bombazo de que King África formaba parte de su cartel. El festival pontevedrés cuenta este viernes con presencias como Shego, Miguel Costas, Mariagrep o Toldos Verdes. Y el sábado con Ángel Stanich, Arizona Baby, Ortiga, Grande Amore o Alba Reche, entre otros.
—¿Cómo ves esa moda de incluir a músicos como tú en festivales de «indie» o rock?
—Al primer festival que fui fue al Pirata Fest, en Gandía, en el que hay grupos de punk, de rock, de rap... Cuando lo vi llamé a la oficina y pregunté qué era aquella locura de meterme en medio de aquel cartel. Pero fue salir al escenario y la gente se volvió loca. Aquello estaba petado de gente dándolo todo. Y veías a los indies, a los roqueros, a gente con rastas, a los del rap..., todos bailando las canciones del verano. Y es que todos somos muy indies hasta que suena la primera charanga [se ríe]. Yo siempre digo que lo que yo hago es desde para un niño de 2 años hasta una abuela de 90. No tengo un público específico.
—Este año, «La bomba» cumple los 25. ¿Te imaginabas semejante éxito?
—No, nunca lo pensé. Yo grabé esa canción, la metimos en un disco de grandes éxitos, me fui de gira y cuando estaba en Dallas me dijeron: «Tienes que dejar la gira de EE.?UU. para venir a España porque esto es la bomba». Y yo no sabía de qué me hablaban. En cuanto llegué, el policía que me selló el pasaporte ya me dijo: «Esto es una boooomba». Y yo no entendía nada. No me acordaba ni de que la habíamos grabado. No te voy a mentir. No hicimos La bomba con el propósito de crear el temazo del año. No, no. Fue algo que se dio así y lo sigo disfrutando 25 años después.
—¿Cuántas veces te dicen «booomba» al cabo del día?
—Continuamente. Hoy mismo, nada más bajar del tren ya escuché «bomba, bomba, bomba». Pero a mí no me molesta. Para mí es una señal de cariño, de reconocimiento, y lo agradezco.
—Hace algunos años hiciste un spot en el que decías: «Yo no necesito renovarme».
—Es que si algo funciona no hay que renovarlo. Si está bien hecho, ¿para qué lo vamos a tocar? Hay que dejarlo tal cual está.
—¿Por qué crees que tus canciones son eternas?
—Porque no me meto con nadie y hablo de cosas triviales. Porque son canciones para bailar: una mano en la cabeza, un movimiento sexi, para arriba, para abajo, para atrás, para adelante... Todo muy blanco. Canciones sencillas, con ritmos que se te pegan. Está todo el mundo con ganas de disfrutar y bailar y yo soy el tío que enciende la mecha para que explote la alegría.
—¿Qué te parecen las canciones de verano de ahora, tipo «Si antes te hubiera conocido», «Potra salvaje», «Quédate»...?
—Yo no creo que esas sean canciones del verano. Son canciones, sin más. Las canciones de verano eran otra cosa. Eran esas que se te pegaban y que todo el mundo bailaba y hacía el pasito.
—No deja de ser curioso cómo determinadas músicas se han ido revalorizando con el tiempo. Hubo un momento en este siglo en el que la orquesta, la pachanga y la música festiva eran incluso despreciadas y ahora mismo da la sensación de que vuelven a ser reivindicadas.
—Sí, igual que pasó con la música de los ochenta y la de los noventa. Y ya ves, ahora hay un montón de festivales remember. Hoy en día sale tanta música que los artistas pasan de moda superrápido y de la mayoría ni te acuerdas. Pero de los de antes sí que acuerdas. Sabías perfectamente quién era el cantante de tal canción.
—¿Nos hemos vuelto unos nostálgicos?
—Yo creo que no es nostalgia, es querer volver a la época en la que fuiste feliz.
—Dices que King África y Alan Duffi son como Dr. Jekyll y Mr. Hyde. ¿Diferencias mucho la persona del personaje?
—Sí, Alan es una persona y King África es otra totalmente diferente. Encima del escenario me transformo. Me pongo en la tesitura de que toda la gente va a divertirse y a montárselo a lo grande y yo tengo que darlo todo. Ese es King África. Alan es mucho más tranquilo. Si no sería una locura. ¿Te imaginas vivir todo el día al ritmo de King África? Terminaría agotado.
—Y cuando Alan tiene un día chungo, ¿cómo haces?
—Me sale decir que como todo el mundo, pero no es cierto. Si tú eres cajera de un banco o de un supermercado puedes tener cara triste o seria y no va a pasar nada. Pero yo tengo que hacer como el Joker, pintarme la sonrisa y por más que esté mal tengo que salir para adelante.
—¿Qué nos traes a Pontevedra?
—Lo de siempre, alegría. Prepárense porque ya saben lo que hay. Van a saltar sin parar, para abajo, para arriba, El cocodrilo, El camaleón... Espero que pase lo mismo que en el Pirata. Que se vuelvan locos los roqueros, los indies y todo lo que haya allí.