
El debut en el mundo del relato de la uruguaya Tamara Silva Bernaschina se llama «Larvas» y activará tus cinco sentidos
30 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hay que reconocer el mérito de los que consiguen escribir una historia coherente que se alarga más allá de las 500 páginas. Sin embargo, saber condensar una vida en un suspiro es tan —o más— complejo como escribir un buen tocho.
A los amantes de lo breve les proponemos ocho cuentos como ocho ventanas que miran al interior de las intimidades más inhóspitas. Son las que componen Larvas, el primer libro de relatos de Tamara Silva Bernaschina (Uruguay, 2000), que con apenas 25 años ya lleva tres obras a sus espaldas y varios premios en su país de origen (entre ellos, el Premio Nacional de Literatura en la categoría Ópera Prima).
Las larvas, dice la autora, «se alimentan y van dejando una suerte de canal, de caminos subterráneos en la carne infectada». La huella del hambre. Como las larvas que aún no han vivido lo suficiente, estos relatos están llenos de voces infantiles en las que la inocencia es el cristal que nos permite ver las cosas con mucha más claridad. Cosas —a veces terroríficas— como un accidente doméstico que deja ciega a una pobre niña o los silencios que se sientan a la mesa familiar.
En la fábula más redonda de la obra, Arena, arena, arena, dos hombres entierran a una yegua que acaba renaciendo porque no recibió la sepultura adecuada. «Lo que no se entierra sigue vivo para siempre», reflexionan. Queda claro que Tamara es deudora de la clásica magia del realismo latinoamericano, pero también de la oscuridad de otras escritoras vecinas como Samanta Schweblin o Lina Meruane. Una nueva pieza en el puzle de la literatura más actual, esa que se escribe con los cinco sentidos y con la valiente intención de hacer sentir.
«Se oye la distorsión y el movimiento como si las orejas se multiplicaran por la piel, como si cada poro se transformara en un canal auditivo», dice el narrador de uno de los cuentos. Así leemos también nosotros. Con la piel erizada e hipersensible a los estímulos que nos propone Silva. Toda una experiencia sensorial altamente creativa.