
Los Iremonger empiezan a ganarse a los lectores que llevaron al clan Caskey a las listas de los más leídos el año pasado
18 ene 2025 . Actualizado a las 21:36 h.El clan de los Caskey y sus vicisitudes en el pueblo de Perdido conquistaron el año pasado a los lectores que durante meses mantuvieron a los seis libros de esta saga publicada por entregas entre los más vendidos de las librerías de todo el país. Ahora, hay otra familia (incluso más peculiar que la de Mary Love y Elinor) que reúne muchos ingredientes para repetir el mismo éxito cosechado por Blackwater y detrás de ella se encuentra una vez más la misma editorial: Blackie Books.
Los Caskey ceden el testigo al linaje de los Iremonger —una saga de individuos que pueden categorizarse con toda clase de adjetivos menos con el de normal—. Ellos son los encargados de ir componiendo esta nueva trilogía con toque gótico que no dejará indiferente a nadie. Detrás de estas tres obras se encuentra el escritor e ilustrador británico Edward Carey, cuya pluma no solo es capaz de tejer un relato que engancha y sorprende por su gran originalidad y misterio, sino que también permite al lector disfrutar de un libro que merece ser guardado como una auténtica obra de arte, lleno de ilustraciones que cargan a sus hombros con casi la misma importancia que el texto y con una edición muy cuidada.
El primer libro, Los secretos de Heap House, arranca en el Londres del siglo XIX con una mansión situada en un enorme vertedero de basura que es en sí misma un miembro más de la familia. Allí viven los Iremonger, fascinantes y peculiares, que durante generaciones han permanecido encerrados en un lugar en el que las jerarquías, las relaciones e incluso los matrimonios vienen impuestos por los miembros de más rancio abolengo. Rodeados por toneladas de basura procedentes de los ciudadanos londinenses (los bautizados en la novela como cúmulos), cada uno de los Iremonger permanece toda su existencia atado a un objeto de nacimiento —cosas banales como un tapón, una moneda o un botón— que tendrá que cuidar y proteger con su vida: «Las cosas no son lo que parecen. Nunca confíes en las cosas», se lee en la contraportada del libro, una frase que sirve como apertura de boca de lo que se encontrará el curioso lector al internarse en las páginas de la novela.
Una sirvienta contra las normas
Esa calma chicha y extraña que rige el día a día del clan saltará por los aires con el aterrizaje en Heap House de Lucy Pennant, una sirvienta que se resiste a dejarse llevar por las normas y convenciones del lugar y que provocará un auténtico terremoto en Clod Iremonger, un niño sensible y enfermizo que goza de poca aceptación entre su familia y al que su don —escuchar cómo los objetos de sus consanguíneos le susurran extrañas palabras— le provocará más de un susto. Cuando las vidas de ambos se entrecrucen, los secretos de Heap House empezarán a quedar totalmente al descubierto.
El tercer libro
El segundo título de la trilogía, La caída de Foulsham, se publicó hace unos meses y se espera que el broche final llegue al mercado próximamente: «Blackwater e Iremonger tienen muchas similitudes. Ambas son literatura de género, con un toque gótico y buenísimos personajes y, sobre todo, protagonizadas por familias de todo menos normales», explican desde Blackie Books, que aseguran que la primera parte de la trilogía tuvo una gran acogida con más de 25.000 ejemplares vendidos: «Para una editorial independiente y con un autor no muy conocido en España, son cifras abrumadoras», resumen.
Explicar las idas y venidas de los Iremonger sin revelar parte de los secretos de las novelas es tarea complicada. Pero si hay algo en lo que coinciden un gran número de lectores es que esta historia podría haber salido directamente de la mente de Tim Burton. Carey compone una crítica muy aguda y sorprendente del sistema de clases, con un humor afilado regado con mucho misterio y pocos convencionalismos literarios y con una mirada ecologista que pondrá el broche a una de las novelas más extravagantes que el lector se podrá encontrar este año en las estanterías.