Paseo inaugural por las galerías gallegas: nueva temporada expositiva

MARISA SOBRINO

FUGAS

VÍTOR MEJUTO

Bajo el nombre de ABERTO 2024, A Coruña, Santiago, Ourense y Vigo ofrecen distintas propuestas para este otoño, imitando el ejemplo de Madrid y otros territorios de España

01 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el fin de potenciar el sistema galerístico como motor de la escena artística contemporánea, varias galerías gallegas han unido esfuerzos para ofrecer una inauguración simultánea de sus exposiciones. Bajo el nombre de ABERTO 2024, se presentó el 19 de septiembre este proyecto «como un colectivo de intereses y problemáticas comunes», fecha en la que nueve galerías de Santiago, A Coruña, Ourense y Vigo estrenaban sus propuestas de temporada, como se viene haciendo en Madrid desde hace más de diez años, y cuyo ejemplo vienen imitando otros territorios del país.

 A pesar de mi deseo de asistir a todas las inauguraciones, la agenda resultó ser demasiado extensa para poder acudir a cada una de ellas, al tratarse de exposiciones simultáneas en varias ciudades de Galicia. Si bien realicé un recorrido lo más completo posible, me veo en la necesidad de disculparme por no haber podido cubrir todos los eventos. Mi intención nunca fue ofrecer un informe exhaustivo de cada inauguración.

Mi recorrido empezó en la galería Metro de Santiago, con los iconoclastas y provocativos mecanismos del arte y del lenguaje (textos e imágenes) empleados por Suso Basterrechea para reflexionar irónicamente sobre política e instituciones. La galería Luisa Pita abría con un conjunto de esculturas inspiradas en un particular reino de Liliput, de Fernando Suárez Reguera, que ponen en escena Al otro lado del espejo pequeñas instalaciones con personajes y escenarios de un divertido y a la vez inquietante mundo de cuento infantil.

La visita siguió por la galería Dupla, donde se presentaron las escenificaciones barrocas de Lula Goce. Un conjunto de obras tituladas Inner Garden, que constituyen el traslado de su trabajo habitual como muralista al interior más íntimo de la galería. Retratos de mediano formato insertos y rodeados por elementos vegetales y ornamentos de la arquitectura barroca que denotan el elemento artificioso de estas obras realizadas con maderas pintadas, superpuestas y con leves destellos de sombra que hacen el efecto de flotar sobre el muro.

SANDRA ALONSO

Siguiendo la rúa Virxe da Cerca de la capital gallega, se encuentra Trinta, la galería más veterana de Galicia, que comenzó la temporada exhibiendo las inquietantes imágenes de Juana González con el título de Amada que, como menciona la autora, expresa su sentimiento hacia la propia pintura. Sus lienzos parecen inspirados en un universo plástico lleno de misterio e incertidumbre, y al tiempo de barbarie y crueldad. Estas figuraciones habitan en una zona fronteriza, donde la alta cultura se cruza con la popular; son imágenes cargadas de un simbolismo freudiano, que generan a la vez extrañeza y familiaridad. La pincelada vigorosa y expresiva revela una iconografía que establece un diálogo entre la tradición clásica y las estéticas urbanas del grafiti y el cómic: desde Velázquez o Goya hasta el gestualismo expresionista de la generación de los Nuevos Salvajes alemanes. Pertenecen a esa clase de representaciones que provocan en quien las contempla inquietud y desasosiego, al tiempo que desprenden un irracional poder de fascinación.

Ánxel huete

De nuestro recorrido por A Coruña, destaca el espacio de la galería Nordés, recientemente inaugurada, donde ahora se expone la obra de Ánxel Huete, considerado ya un maestro indiscutible de la pintura que se hace en Galicia. Huete sigue siendo el artista inquieto, a lo que habría que añadir apasionado y combativo, con una intensa actividad como pintor, aunque tantee además otros caminos como la escultura o la poesía. Ante la abundancia de su obra, la selección de piezas para cada muestra se convierte en un desafío considerable. Juan de Nieves, el comisario de esta exposición, optó por una muestra acotada de su larga trayectoria, basada preferentemente en sus últimas obras —aunque alguna esté fechada en el año 2000—, y en la preeminencia de los azules en el conjunto de la muestra.

Más que una simple exhibición de sus últimos trabajos, es una exposición concebida desde una perspectiva unificadora, buscando una armonía entre las piezas, como se desprende de esa consonancia de los azules que se expanden sobre los lienzos, protagonizando las telas o compitiendo con los negros, otro de los colores preferentes. Esta selección cromática imprime un carácter un tanto sombrío a la exposición, si bien nos muestra otra faceta pictórica de este artista de clara vocación abstracta. Su coherente trayectoria ha pasado por diferentes períodos, inspirados en rasgos de elementos cotidianos, imágenes, sucesos, y sobre todo en una realidad social, cultural y política, que más allá de la pura visibilidad, actúa como una constante referencia a contenidos que dan sentido a sus vivencias y a su trabajo. El método más empleado es la seriación: desde aquellos primeros, «ensayos sobre la violencia», como los que siguieron: «amigo», «fenicia», «surtidores», «recortes no espacio», «el faro de Domayo», etcétera, que titulan los diversos motivos de partida desarrollados a lo largo de su trayectoria.

En esta última exposición Huete ha profundizado en su exploración de la abstracción pura, eliminando aquellos elementos que antes sugerían un relato (motivos para evocar la muerte de un amigo, un objeto o una arquitectura), los cuales daban pie a una sutil geometría que marcaba la estructura de sus lienzos. Aquí se incluyen sutiles tramas y cuadrículas, especialmente en los óleos sobre papel de la serie Preludios. Pero en el gran formato se centra sin excusas ante la propia pintura, en el proceso de pintar, en dar vida a los campos o a los baños de color expandido que parecen diluir los contextos que antes la inspiraban. Cuadros en los que explora el reduccionismo y la especificidad del medio pictórico, del proceso investigador de esa «albañilería fina» —como le llamó a la intervención realizada hace años en el CGAC—, que experimenta ahora en cada uno de estos cuadros expuestos en Nordés.

Estos son algunos ejemplos de exposiciones de ABERTO 2024, que supone uno más de los esfuerzos que se hacen para revitalizar este sector, casi siempre al borde del abismo. Aunque no sea una solución al problema fundamental de las galerías, lo cual reside tanto en una falta de implicación institucional como en una cierta lejanía por parte del público, este evento resulta una idea acertada y prometedora.

Marisa Sobrino Manzanares. Catedrática de Historia del Arte de la USC