La trama por la sucesión del Trono de Hierro queda en suspenso por lo menos hasta el 2026. Estos dos años de serie, desde el estreno del primer capítulo en agosto del 2022, han dado mucho de que hablar.
La precuela de Juego de tronos se centra en la historia de casa Targaryen, y supone un avance en visibilidad del colectivo LGTBIQ+ con respecto a su predecesora. Por ejemplo, la serie explora el romance entre dos mujeres, mientras que antes solo se mostró una historia de amor entre hombres. En los últimos años, ha habido un gran crecimiento de la representación del colectivo en los productos audiovisuales. Aun así, siempre se alza alguna voz reaccionaria que tacha la visibilidad como inclusión forzada y categoriza lo representativo como woke. La serie parte de un presupuesto millonario para narrar uno de los episodios más interesantes en el mundo creado por G.R.R. Martin.
Al igual que el fenómeno televisivo que tuvo a los espectadores sentados al borde del sofá entre el 2011 y el 2019, La casa del dragón recoge los ingredientes que hicieron triunfar a Juego de Tronos: violencia, traición, seres fantásticos, intriga y sexo.
Si en Juego había muchas tramas que iban engarzándose cuando se acercaba en la conclusión, en la precuela partimos de un menor número de personajes. Los vínculos entre estos son mucho más fuertes y definitorios para el avance de la historia. De hecho, en la serie original era muy difícil precisar quién era el protagonista: Ned Stark, Cersei Lannister, Daenerys Targaryen, Jon Nieve...
En La casa del dragón, a pesar de que hay cierto espíritu coral, el protagonismo recae en Rhaenyra Targaryen —no vamos a destripar la trama, por supuesto—. Quien da vida a la protagonista es la intérprete Emma D'Arcy, de género no binario. Podrá parecer quizás una anécdota o una curiosidad, pero es una cuestión de visibilidad. Ver a un referente no binario posando en la alfombra roja es una forma de mostrar nuevas identidades, sacándolas del cajón de sastre de la incomprensión y la ignorancia. Una periodista se dirigió a D'Arcy como «ella» y, amablemente, un compañero de reparto, Matt Smith (Daemon Targaryen) la corrigió. Aunque se trate de una serie de fantasía, con una audiencia global de 70 millones de espectadores, por cierto, las nuevas realidades se abren paso.