El «longseller» de Saint-Exupéry «está más vivo que nunca», afirman sus editores en Salamandra. Este es un viaje al centro de ti mismo en siete planetas. Aquí la historia de cómo aterrizó en España
16 abr 2023 . Actualizado a las 20:14 h.Las personas grandes son capaces de hacer cálculos, planes, empresas, elucubraciones, presupuestos, pero pocas sabrían distinguir una boa que se ha comido un elefante de un sombrero. Siguiendo el relato del piloto que el 31 de julio de 1944 despegó de Córcega para cumplir una visión de la que jamás volvió, conocemos a ese niño con pelo estrellado y largo fular al cuello que se convirtió en uno de los grandes fenómenos literarios del siglo XX. ¿Sigue en forma El principito a sus 80 años? «El principito, de Saint-Exupéry, envejece fenomenal. Cada año, vendemos prácticamente los mismos libros que el año anterior ¡y fíjate cuánto tiempo lleva en catálogo!», revela a Fugas la directora literaria de Salamandra, Laia Zamarrón.
La primera edición de El principito en español tiene su historia. Y está ligada, cuenta Laia, a la vida personal y biográfica de la editora Sigrid Kraus, que fundó Salamandra con la joya de Saint-Exupéry y ha dejado la editorial con un legado en el que brillan entre el público más joven éxitos como la saga de Harry Potter.
«El suegro de Sigrid era editor en Emecé en Argentina. Era muy amigo del editor en aquel momento de Gallimard, era un personaje... A finales de los 40, hizo un viaje por Europa y fue a ver a su amigo de Gallimard, a enseñarle el catálogo que tenía. Le mostró El principito, que todavía no se había publicado en Francia. Aquel señor era Bonifacio del Carril, que compró los derechos del libro sacándose del bolsillo la chequera. Así se compraban estas cosas en los años 40 y 50. Bonifacio volvió de su viaje con El principito bajo el brazo. El libro se publicó en Argentina un año después que en Francia», cuenta Laia Zamarrón sobre ese despegue en España del niño sabio. Después, se pasó «unos años» publicando la obra a través de distribuidores en España. «Cuando El principito se posicionó fuerte en España fue cuando el hijo de Bonifacio del Carril, marido de Sigrid Kraus, y ella crean Salamandra», subraya la editora.
El «mellizo» de Borges
Salamandra echó a andar en España con solo dos autores en su catálogo: con la estrella de Saint-Exupéry y con Borges. «A partir de ahí, se crea todo el catálogo de Salamandra, lo que es el sello a día de hoy», apunta Laia Zamarrón.
¿Cómo se mantiene el tipo durante 80 años, generación tras generación? Las cifras están ahí (son aproximadas, matizan sus editores, porque no hay datos sobre los primeros años): El principito vendió en España a lo largo de toda su vida entre cuatro y cinco millones de ejemplares. A nivel internacional, unos 145 o 200 millones. «Es un libro muy prescrito en el ámbito escolar. Los profesores lo leen con los alumnos; se compra a través de los colegios. La edición bilingüe español-francés se utiliza mucho para aprender este idioma. Pero la edición que más se lee es la sencilla, la de 7,95 euros», detalla.
El niño metafísico de Saint- Exupéry está, según su editora en español, «más vivo que nunca», creció en simpatías tras la pandemia y se ha convertido en un long-seller que no deja de plantear una vuelta al fondo de ti mismo en siete planetas, hacer reír a las estrellas y cuestionarse cada cosa, en especial las sólidas y a veces inconsistentes sentencias adultas.
Fue la primera obra que hechizó a Milena Busquets y tenía un lugar aparte en el Olimpo literario de Carlos Casares, que coleccionaba ediciones de El principito. El autor de Vento ferido tenía más de un centenar de traducciones de la obra de Saint-Exupéry. Pedro Mañas, autor de éxitos como Anna Kadabra, que presenta estos días Un lobo dentro, y se codea en el top de los más vendidos de la web Todos tus Libros con la obra más leída en Francia, no recuerda del todo cuándo descubrió El principito. Podía tener 9 o 10 años. «De lo que me acuerdo es de que lo descubrí por casualidad, perdido entre los rincones de una estantería que tenía en mi cuarto donde había libros de mis padres... Era una edición muy poco llamativa. Pero comencé a hojearlo y me sentí sumergido —relata Mañas—. Supongo que esa primera lectura fue muy distinta a la que pude hacer después...».
Yo lo recuerdo así, en tapa blanda y debilucha. A mis 8 años llegó como un asteroide remoto dentro de una caja de zapatos, en la que también había un cordero. Era una rareza aquel sombrero del comienzo del libro. ¿O es que yo era a mis 8 una adulta incapaz de ver el elefante dentro de la boa? El elefante empezó a aparecerse con los años, dentro de la cacharrería de mi pensamiento...
«Yo el episodio al que siempre he vuelto a través de los años es al del zorro. El libro es un refugio, pero esos párrafos del principito y el zorro son un pequeño hogar. Me los sé de memoria», revela el autor de las series de Marcus Pocus y las Princesas Dragón. «He aquí mi secreto —revela el zorro—. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos».
¿Para niños o para adultos?
¿Es un libro para niños o para adultos, o quizá para ese tipo de adultos que quieren volver sobre ese mundo propio de la infancia cuando ya voló? «Al tener un lenguaje sencillo, es apetecible para un niño, pero es verdad que tiene una complejidad que permite la conversación con el adulto. El principito, en realidad, te habla de las cosas importantes de la vida, ¿no? Y te habla de la importancia que tiene la mirada del niño frente a los horrores que está viendo en la mirada del adulto. Es un viaje muy corto y muy lejano, profundo», señala Zamarrón.
La mejor autoayuda, invita a pensar este clásico, puede ser la ficción. «Fue un libro al que volví en mi adolescencia, al igual que otros a lo mejor han recurrido a la autoayuda... A mí El principito fue un libro que me ayudó a conectar conmigo, sobre todo cuando sentía mucho ruido alrededor, cuando estaba perdido... Es un libro sencillo, poético, infantil, pero al tiempo con frases lapidarias [algunas de ellas, en las estrellas de esta página], frases que te guían: 'Lo esencial es invisible a los ojos', 'El tiempo que dedicas a algo es lo que lo hace valioso para ti'», escoge Pedro Mañas, cautivado por «ese personaje ambiguo de la serpiente». El principito fue para él, como para muchos, una brújula entre los planetas de la confusión cotidiana del mundo real.
«Me parece sorprendente cómo ha demostrado ser una obra que sigue fascinando a lo largo de los años, cómo con un lenguaje sencillo consigue explicar algo profundo. Cómo nos ayuda a conectar con una parte importante de nosotros, que vamos perdiendo con el ajetreo diario, la del niño. Demuestra cómo sin argumentos complicados se puede lograr una historia que emocione. En ese sentido, El principito para mí es una lección como escritor de literatura infantil"», asegura el autor de Cuentos criminales.
Salamandra celebra los 80 de su príncipe lanzando un libro con una edición bilingüe inglés-español, que incluye las acuarelas del autor. Hay otras tres novedades más en este 80.º cumpleaños: un libro para primeros lectores titulado Dónde estás zorro; en julio, la editorial lanzará una agenda escolar y la cuarta novedad del año será un libro en tapa dura con una ruleta en la que, al girar, van saliendo todos los personajes del relato y que, además de la historia íntegra y las acuarelas de Saint-Exupéry, recoge la biografía del autor, que es un relato de misterio. ¿Sería igual El principito sin la vida de su autor?
Hay escritores (cuyo nombre no revelo...) que creen que El principito es el libro de los no-lectores y los no-escritores. Pero solo una serpiente podría responder a todos los enigmas. ¿Y hay algo más importante que saber si el cordero se comerá la flor o no? Gracias a él, sabemos que las estrellas se ríen, qué significa domesticar y de qué va el buen amor y la autoestima sin necesidad de un coach. Cada pregunta de El principito arranca una mala hierba.
¿Correrá la suerte de Roald Dahl?
El principito es un libro creciente, que va girando con la edad, y el más leído y traducido del mundo tras la Biblia. ¿Cabe esperar que correrá la suerte de Roald Dahl, una revisión de acuerdo con los filtros del momento? «No, espero que no le toquen nada a El principito. Que no suceda como con otros autores para adaptarlos a los tiempos. No lo creo», confía Laia Zamarrón. La editora considera que, «al venir de Francia», no hay riesgo de este tipo. «Los franceses, en ese sentido, son como nosotros. No buscamos tanto lo políticamente correcto», dice.
Suponemos que a nadie se le ocurrirá quitar la boa que se come al elefante para convertir la historia en un simple sombrero que deje tranquilos a los adultos...