
¿Cuál será nuestro futuro? ¿Los yogures conquistarán el mundo o nuestras aspiradoras automáticas tratarán de asesinarnos? Las respuestas, en pantalla en esta serie de animación que, además de sorprendernos con su espectáculo audiovisual, nos pone a pensar
07 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Quizá les suene la peculiar Love, death & robots. Uno de sus capítulos, Jíbaro, fue escrito y dirigido por Alberto Mielgo, español, merecedor de un Emmy por diseño de personaje en el 2022 por cuenta de este corto. Ese episodio particular ocurre en épocas coloniales. Es una historia danzada y sin diálogo entre un caballero sordo y una sirena que no logra atraerlo con su canto. Diferente y espléndido, en este episodio los sentidos terminan sumergidos en escenas con los ojos y los oídos del caballero sordo.
Pero cada capítulo ocurre en universos y con personajes distintos. Se trata de una colección antológica de cortos de animación para adultos de un máximo de 22 minutos en los que se plantean futuros lejanos, pasados remotos o presentes casi inmediatos donde la lo único en común es el espectáculo audiovisual.
Experimentación con sonido e imagen, animación en dos o tres dimensiones, historias distópicas, universos fantásticos... Es una de las apuestas más arriesgadas de Netflix y, de acuerdo con la crítica y el público, una de las más exitosas. Los usuarios de Google le conceden un 4,9 sobre 5 a su calificación, y entre el 2019 y hoy ha alcanzado nueve nominaciones y ocho premios Emmy con sus episodios Jíbaro, Sepultados en salas abovedadas, Hielo, Nieve en el desierto y Servicio al cliente automatizado.
David Fincher (director, entre muchas, de Fight Club, El curioso caso de Benjamin Buttom y House of cards) y Tim Miller (director de Deadpool) son sus productores ejecutivos, que reclaman un lugar de reconocimiento para la animación para adultos.
Con tres temporadas y 35 capítulos en total, vamos por diferentes universos. Desde un par de hombres lobo que son soldados estadounidenses en Afganistán (Mutantes); pasando por un robot limpiador de piscinas que mutó hasta convertirse en un humano (Piezas únicas); una señora que debe luchar con su aspiradora automática para que no la aniquile (Servicio al cliente automatizado), o un par de amigos que quedan varados en el desierto de Colorado y por la noche ven la danza de unos peces-dioses en el cielo (Noche de pesca).
Hay de todo: más o menos color, diálogos, silencios, música, humor, cortos para reflexionar, escenarios apocalípticos, románticos, historias de amistad, yogures conquistando el mundo, humanos extinguiéndose. ¿Cuál de todas esas será nuestra realidad? A lo mejor, una mezcla de todas, tal vez, si corremos con suerte, nuestro futuro no se acercará a ninguna de esas propuestas. Lo que sí es cierto es que, más allá del festín audiovisual en el que cada autor tiene vía libre para experimentar en todos los sentidos, también hay mucho espacio para que nos pensemos. Queda en nosotros seguir cuestionando, elegir mejor, criticar y, por supuesto, adaptarnos. Queda en manos de Netflix, en medio de tantas producciones, seguir apostando por espacios experimentales y en los espectadores seguir valorando aquello que se sale de la norma, de la peli romántica del domingo o el documental de la estrella de turno.