¿Diez años y todavía no lo has visto?

Caterina Devesa A CORUÑA / LA VOZ

FUGAS

Cinco millones de espectadores ya han disfrutado del musical «El Rey León» en la Gran Vía madrileña. El espectáculo del clásico de Disney es la mayor producción musical del país, así lo relatan los actores  Agustín Argüello (Simba) y Pitu Manabens (Scar)

24 feb 2023 . Actualizado a las 11:20 h.

Una banda sonora que emociona, un elenco que se deja la piel en el escenario y una caracterización de impacto son algunos de los ingredientes a los que El Rey León, el musical de Disney que se puede ver en Madrid, debe su éxito.

 A la salida de la función, el público, visiblemente emocionado, repite palabras como «increíble», «maravilloso» o «emocionante», y la mayoría deja claro que repetiría. El espectáculo, que este año celebra su duodécima temporada, sigue llenando el teatro Lope de Vega en Gran Vía, sesión a sesión, una tarea nada sencilla y para la que detrás del escenario se lleva a cabo un esfuerzo titánico con 150 trabajadores. «La gente no se imagina lo que supone», apunta Pitu Manabens, el malo del show, ya que encarna a Scar.

Para el actor, la clave de los buenos resultados está, precisamente, en que parezca fácil. «Si la gente te ve sufriendo en el escenario, no va a disfrutar», dice el intérprete, natural de Manresa, pero afincado en la capital. «En Barcelona ya hace tiempo que el teatro musical no funciona. Antes había tradición, estaba el café-concierto Molino en el Paralelo y hubo una época muy buena con las compañías Dagoll Dagom y La Cubana.

Ahora van bien proyectos concretos que están pocas fechas, como Cantando bajo la lluvia o La jaula de las locas porque también tienen detrás a Àngel Llàcer, que me encanta. Sin embargo, Billy Elliot no acabó la temporada y en Madrid estuvo unos cuatro años», reflexiona. Con todo, el musical del clásico de Disney en la capital, producido por Stage Entertainment, ha batido todo los récords en el país y se ha convertido en un fenómeno turístico, de forma que se venden paquetes completos con entradas y alojamiento para ir a verlo.

Dentro de todo ese trabajo que no se ve está incluido el de caracterizar a los personajes de la selva. «El que menos tarda de todo el elenco en estar listo puede estar media hora en maquillaje y el que más, una», explica Pitu, mientras que su compañero, Agustín Argüello, que encarna a Simba, añade que ese tiempo «aprovechas para hablar con los compañeros por lo que se pasa rápido». Con tanta chapa y pintura, los actores deben cuidarse mucho la piel. «Se distinguen las toallas por el color que dejamos en ellas», bromea Pitu. Pero, fuera chistes, tantos cosméticos pueden suponer un serio problema. «En verano, con el calor, me empezaron a salir ronchas. Me fueron probando productos y, finalmente se me pasó, pero el actor que hacía antes de Zafu tuvo que dejar el musical porque el maquillaje le daba alergia. Probaron con diferentes tipos, pero nada». En su caso, para vestirse apenas tarda. «Como voy casi en taparrabos...», bromea el actor, que hace del hijo del inolvidable Mufasa, mientras que su tío en la ficción está solo 15 minutos para ponerse el traje de Scar. «Pesa 15 kilos». Por eso, confiesa que para estar en forma le basta con las funciones del musical, que son de martes a jueves una por día, mientras que los viernes, sábados y domingos la sesión es doble. «La exigencia es altísima en todos los sentidos: a nivel vocal, física y espiritualmente, porque tienes que estar muy presente y eso conlleva concentración», indica Argüelles, que señala que para ello cuidan mucho la alimentación. «Tanto Agustín como yo tenemos reflujo, eso hace que podamos quedarnos mudos», añade Manabens. «Es de familia», bromea su compañero apenas dos horas antes de comenzar un espectáculo en el que el público verá lo mismo que si visita el de Broadway. «Lo que cambia es que el teatro es más pequeño, pero Disney supervisa que todos los del mundo mantengan el mismo estándar de calidad». Sin duda, lo consiguen.

Dónde: Teatro Lope de Vega, Madrid. De martes a domingo, entradas a partir de 25 euros.