
Al invierno, «Verano en A Toxa», un libro para quedarse que ha escrito Mercedes Corbillón e ilustra Maru Godás
20 ene 2023 . Actualizado a las 13:24 h.No es mal ejercicio para sobrellevar el letargo invernal, evocar la placidez y el sosiego de las últimas jornadas del verano. Aquel baño furtivo en una playa solitaria, el inquietante y al tiempo seductor encuentro con un enigmático desconocido, una cita ardiente en una tarde tibia, aquella copa de vino en la terraza, que precedió a unas cuantas más... En eso, y mucho más, se recrean la librera y escritora pontevedresa Mercedes Corbillón y la ilustradora barcelonesa Maru Godás en Verano en A Toxa, el segundo volumen de la colección Illadas, exquisitamente publicado por El Patito Editorial.
La serie parte de la idea de proponer una residencia artística en una isla gallega a una escritora y una ilustradora, para conformar un doble retrato, con una doble perspectiva —la narrativa y la pictórica—, de una realidad y de una experiencia. En el caso de Corbillón y Godás, la complicidad generada entre ambas fue tal que ese doble retrato confluyó y se fusionó en muchos momentos. «Empecé con el juego de meter a Mercedes en alguna ilustración y terminé inspirándome más en ella, ubicada en ese fascinante entorno, que en cualquier otra cosa», cuenta Maru Godás.
Aun así, el libro mantiene su doble estructura: un relato literario de en torno a 40 páginas, a las que se suman 25 ilustraciones. Dos testimonios. Dos memorias. Dos cuadernos de un mismo viaje.
Corbillón y Godás arribaron a A Toxa a finales del verano del 2020. «Fue horroroso. Se pasó casi toda la semana entre nieblas y lloviendo. Todo era gris», comenta la ilustradora, que incluye varios dibujos en blanco y negro de aquella primera estadía.
Para la escritora, la sensación fue otra. «A mí no me molestaba la lluvia. El lujo fue poder escribir desde una mirada con tiempo. Esa mirada contemplativa, de dejar pasar las horas. De disfrutar del silencio, de la naturaleza, de las huellas de las personas que pasaron por allí antes. Y creo que eso quedó impreso en el relato».
Un relato que juega con lo vivido, lo idealizado y lo fantaseado. «Siempre existe esa lucha entre la realidad y la ficción. A mí me apetecía confluir entre las dos cosas».
Ese «equilibrio imposible» que cita en su texto, en el que también habla de los fantasmas y el amor, de la historia, los misterios y las leyendas, de los cielos cambiantes, de los atardeceres y de las huidas al amanecer, de los jazmines y los agaves, de las risas, de los olvidos, de la memoria y, por supuesto, de los adioses.
«Al final, Verano en A Toxa es, para mí, mucho más que un cuaderno de viajes», confiesa la librera pontevedresa.
También Maru Godás mudó su frustración inicial. «Regresé a A Toxa semanas después y vi que estaba llena de colores. Dibujé las playas, el bosque, el puente, a las mariscadoras, a las colareiras... Me hinché a dibujar. Era todo fascinante».
Como suelen serlo, ya lo escribe Corbillón, esos lugares y personas «en los que queremos quedarnos para siempre».