Bad Bunny, el Kanye West de la música latina, mira a lo más alto

FUGAS

CAROLINE BREHMAN | EFE

El puertorriqueño está nominado en 10 categorías de los Latin Grammy, que se celebran el viernes 18. Aspira a convertirse en el album latino del año.

11 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo jueves el puertorriqueño Bad Bunny puede consolidar su posición estelar en el mundo de la música contemporánea. Se celebran los Latin Grammy en los que está nominado en 10 categorías gracias a su reciente disco, Un verano sin ti. Por supuesto aspira a convertirse en el álbum latino del año. De hacerlo, se trataría de un suma y sigue al refrendo unánime de la industria.

En septiembre recibía nueve premios Billboard Latinos y en octubre se anunciaba que estaba elegido para optar a ocho categorías en los American Music Awards, que se fallaran el 20 de noviembre. Es decir, el artista se encuentra en racha.

 A los que cayeron en el embrujo de Soy peor allá por el 2016 no les hace falta ninguna de estas consideraciones. Sabían que Benito Martínez Ocasio lo tenía. Muy por encima del resto de sus compañeros de generación.

Tenía el talento, el carisma y la personalidad suficiente para crear un personaje tan arriesgado como el suyo y triunfar con ello. Mientras reponía estantes en un supermercado y estudiaba comunicación audiovisual empezó a surgir su discurso: abrazado al trap latino pero con unas señas de identidad únicas e intransferibles. Su voz, su fraseo y su flow forman parte ya del paisaje pop del siglo XXI pese a quien pese.

Porque pesa. Bad Bunny, que por inventiva, originalidad, evolución y temazos podría ser algo así como el Kanye West latino, se ha convertido en una de las dianas favoritas para los detractores de los géneros urbanos latinos que se han viralizado sin control.

Mientras tanto, una avalancha juvenil lo ha ensalzado como una de las figuras clave y más definitorias de este momento. Todo mientras suenan temas como la vacilona Titi me preguntó, la sensual Ojitos lindos y ese bombazo directo a la pista que es El apagón, donde el artista muestra además su faceta de líder social enfrentándose al Gobierno de su país y las compañías extranjeras que comercializan la electricidad en Puerto Rico.