Y Sabina resurgió tras la pandemia

FUGAS

Juan Herrero

Los fans del autor de «19 días y 500 noches» están de enhorabuena. No solo podrán ver el documental de Fernando León de Aranoa, sino que habrá nuevo disco y una gira inminente

23 sep 2022 . Actualizado a las 12:39 h.

Está claro: Sabina tiene más vidas que un gato. Cuando los agoreros y pesimistas lo dan por desahuciado, el de Úbeda siempre reaparece y con su voz cascada dice: «¡Aquí estoy!». Todos recuerdan febrero del 2020. Nadie sabía lo que se nos iba a venir encima al mes siguiente. Tras los problemas de salud que le obligaron a cancelar varios conciertos en el 2018 (entre ellos, el de A Coruña aplazado en dos ocasiones), volvió al escenario. El día 12 se encontraba en el del Wizink Center ante su público y junto a Joan Manuel Serrat dentro de la gira No hay dos sin tres. En un momento dado perdió el equilibro. Se cayó de una altura de 1,80 metros. Auxiliado en el acto, hubo que sacarlo en camilla. Al rato retornó en silla de ruedas y bromeando soltó: «Esto solo me pasa en Madrid. Tengo un golpe muy fuerte en el hombro que me duele mucho y hace que tengamos que suspender con todo el dolor». El coronavirus se encargó de que aquella fuera su última actuación hasta la fecha.

Algunos vaticinaban el fin definitivo. Y desde luego el documental Sintiéndolo mucho, rodado por Fernando León de Aranoa y que fue estrenado la semana pasada en el Festival de Cine de San Sebastián, parecía sugerir una suerte de recopilación a modo de punto final. Pero no, en abril de este año ya había hablado de que trabajaba en un nuevo disco. Ahora ha confirmado su existencia, más allá de abstracciones. Saldrá en Navidad e, igual que Lo niego todo (2017), ha sido producido por Leiva. Además, se presentará en vivo con una gira que incluye España y Latinoamérica. Como ese Dylan con el que a veces se le compara en modo hispano, Sabina —que tiene 73 años y una vida muy canalla a sus espaldas— va a girar y girar hasta el final. «Yo no voy de gira si no tengo canciones nuevas», dijo en San Sebastián para resumir su ética. «Yo no salgo de gira hasta que la gente pueda ir a verme sin mascarillas», reveló en medio de la pandemia para ejemplificar su práctica. Pues ahora tiene canciones y ya no es obligatorio llevar el cubrebocas. Toca subirse al escenario. Y no como en primavera, con su sorprendente irrupción por sorpresa en una de las Noches Sabineras que organiza su banda. Esta vez toca hacerlo a lo grande. La gira empezará a finales de febrero en América Latina. Luego volverá a España para más tarde cruzar el charco de nuevo. «Estamos aún firmando conciertos», señaló.

También se encuentra en la misma indefinición el estreno de su documental, que desfila por los festivales (próxima parada en el In Edit de Barcelona), pero que carece de fechas para su salto a las salas comerciales. León de Aranoa recopila en él momentos grabados a lo largo de trece años. Entre otros, se incluye el mentado concierto en el WiZink con Serrat, reuniones de amigos en su piso del barrio madrileño de Tirso de Molina, una gira por México o el homenaje recibido en su Úbeda (Jaén) natal. Todo deriva de una invitación que Sabina hizo al director. Le dijo que se fuera a hacer un viaje en coche con él y el escritor Benjamín Prado. Le dejó llevar la cámara.

Después de aquel viaje, vinieron otros. Y muchos más episodios sabineros que ahora ha montado para darle forma de documental. El director dijo que en la pieza que se podrá ver hay «mucho amor pero bastante conflicto también» y que, en estos 13 años, han pasado «por todo tipo de situaciones, algunas de amor, otras más complicadas». Por su parte, socarrón, Sabina señaló: «He triunfado en el microsurco y ahora quiero triunfar en el celuloide». «Le di la llave para que me pillara cagando y así lo ha hecho, no es una hagiografía a mayor gloria de un artista». Y en esa línea va el puzle propuesto por el director, una pieza crepuscular regada con humor y disparate, pero en la que se asoma también la tragedia de un artista que ha regateado a la muerte en múltiples ocasiones.