Un relato de amor y muerte en pleno Imperio romano

FUGAS

BENITO ORDOÑEZ

Mohedano, que compagina su faceta de escritor con la de directivo en la banca, publica su segunda novela histórica

01 ago 2022 . Actualizado a las 22:18 h.

Acción, intriga, luchas de poder y una promesa de amor que sobrevive a la muerte. Podría tratarse de un thriller de Netflix, pero en realidad son los ingredientes de la nueva novela histórica de Bernabé Mohedano (Madrid, 1979). Directivo internacional del Banco Santander, este autor apasionado de la historia no acostumbra a quedarse con sus pasajes más evidentes.

Si en su primer título, El señor de Bobastro, narra la historia del rebelde muladí que se enfrentó a cuatro emires de Córdoba para reinar en más de la mitad de al-Ándalus, en esta ocasión Mohedano —que repite con la editorial La Esfera de los Libros— se centra en la figura de Materno Cinegio, mano derecha del emperador Teodosio y uno de los hombres más influyentes del Imperio romano. Volver a Carranque parte con el viaje de sus restos a Hispania, un año después de morir justo cuando iba a ser elevado a cónsul de Oriente. Ese regreso póstumo a su villa toledana de Carranque es el último deseo que cumple su viuda, Achantia. Junto al féretro y en compañía de su hijo Clivio, ella materializa la última voluntad de su marido.

«Prométeme que harás lo imposible por que nos reunamos donde fuere y que en cuanto puedas regresaremos a Carranque», le pide Achantia antes del fatídico final. «Te juro que aquí descansaremos juntos para siempre», responde el protagonista. Con el inicio de ese viaje final a Carranque parte la narrativa del libro, que recoge no solo ese larguísimo trayecto, sino también la vida y la figura de Materno Cinegio. Una vida rodeada de personajes de indeleble calado histórico, como Agustín, Dámaso, Prisciliano, Valentiniano, Ambrosio, Hipatia, Libanio o el mismo Flavio Teodosio, con los que Mohedano recorre el bajo Imperio romano.

Disección de la época

El gusto y el lujo de la época; las guerras en África, Persia, Britania, el Rin o el Danubio; las constantes intrigas palaciegas; el asentamiento del cristianismo niceno como único credo oficial con la persecución de los herejes; el encaje de hunos y godos entre el ejército romano o la consolidación de Teodosio como único amo del mundo hasta que dividió el Imperio entre sus dos hijos son los temas que subyacen de un relato que dibuja a Materno Cinegio como un hombre poderoso con un legado que todavía pervive.

¿Qué lleva a la hispana Achantia a exhumar el cadáver de su marido de la iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla para cruzar el Imperio y enterrarlo en su villa de Carranque? Con esta pregunta arranca el autor su nota inicial, y es necesario leer la novela para comprender el alcance de la respuesta. Aunque con ciertas licencias narrativas —«siempre sin alterar acontecimientos fundamentales, o el porqué de elegir algún camino determinado entre las diferentes tesis hoy día discutidas», aclara—, la exhaustiva documentación de Mohedano incluye la transcripción de citas textuales y una narrativa repleta de personajes reales que efectivamente existieron.

«El libro se divide en dos partes y cada capítulo interior viene marcado temporal y geográficamente para ayudar a situar la acción. Los años utilizados siguen nuestro actual calendario. He empleado tanto topónimos actuales como de la época según consideraba que podían ayudar al ritmo de lectura. Para facilitar la comprensión podrá encontrarse la denominación actual de los antiguos adjunta. También he recurrido a las unidades de medida de la época», precisa él en el texto, en el que también confiesa su principal objetivo en esta segunda aventura literaria: «Mi gran ambición ha sido que la novela resulte históricamente verosímil, algo imposible sin la ayuda de libros y estudios sobre el bajo Imperio romano, Achantia, Materno Cinegio y, por supuesto, Teodosio, el emperador hispano que conquistaría el mundo e impondría el catolicismo niceno como la rama cristiana definitiva».

El tesoro de Carranque

En realidad, el periplo de sus restos mortales desde la Constantinopla del siglo IV hasta Hispania no consta ni aparece documentalmente recogido, como tampoco lo está el hecho de que el destino de la comitiva fuese exactamente la localidad de Carranque. En cualquier caso, este municipio toledano atesora uno de los conjuntos de mosaicos más importantes de la Península y la mayor colección de mármol fuera de Roma en su parque arqueológico, lo que sin duda lo hace merecedor de una visita. Mientras tanto, ya es posible recorrerlo a través de esta lectura que desprende la pasión y el compromiso de su autor por la historia.