El cómic, a la vanguardia de la diversidad sexual

FUGAS

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, «Rosa», de Gaëlle Geniller; «Generaciones», de Flavia Biondi; «Bloom», de Kevin Panetta y Savanna Ganucheau; y «Bat Alan», de Ramón Boldú.
De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, «Rosa», de Gaëlle Geniller; «Generaciones», de Flavia Biondi; «Bloom», de Kevin Panetta y Savanna Ganucheau; y «Bat Alan», de Ramón Boldú.

Entre las últimas novedades de la novela gráfica hay varias que abordan las diferentes formas de sentir y de explicarlo a su entorno

11 jun 2022 . Actualizado a las 11:15 h.

A inicios de este siglo XXI, que tan avanzado en derechos vemos hoy, una chica se ponía delante de un papel para dibujar lo que nunca supo trasladarle bien a su padre: que era lesbiana. La catarsis expuesta sobre el papel conformó una tragicomedia llamada Fun Home, donde descubrimos también el drama de su progenitor, homosexual reprimido en el rural estadounidense. Alison Bechdel se convirtió entonces en una celebridad de la novela gráfica. No porque ese tema no se abordara antes, sino por la óptica con la que lo hacía: la intimidad, la confesión y la normalización. Había hasta entonces mucho cómic de temática gay —el español Nazario, por ejemplo, en los años 80—, pero determinado por el petardeo y el sarcasmo.

 Fun Home marca ese punto diferencial en la primera década de este siglo XXI, cuando el movimiento LGTB comienza a ganar derechos —ampliación del matrimonio, adopción...—, y sus historias dejan de contarse tras las persianas.

Años después de la obra de Bechdel esa normalización del amor encuentra otro punto intenso en El azul es un color cálido, de la francesa Julie Maroh (llevada al cine con éxito como La vida de Adèle). Es la expresión del amor de juventud de dos jóvenes francesas envueltas en una tormenta de sentimientos encontrados. Luego llegaron trabajos como Bloom (Kevin Panetta y Savanna Ganucheau, en Planeta), sobre el descubrimiento de la sexualidad desde la adolescencia, que no tiene nada de extraordinario, salvo que pone el foco de la historia en los secundarios, como hizo también Us (Sara Soler, Astiberri) tiempo después.

Y luego han venido muchas más que han convertido al cómic en la vanguardia de la diversidad. Hoy coinciden en las estanterías narraciones dibujadas que abordan el acoso escolar a transexuales, la complejidad del primer amor entre jóvenes, o la dificultad para contar a generaciones mayores que no importa con quién te metas en la cama.

Esto último lo cuenta la italiana Flavia Biondi en Generaciones, donde Matteo regresa a casa, a su conservadora familia años después de dar un portazo tras contarle a su padre que a él no le gustaban las chicas. Está narrado con honestidad, y no parece nada difícil que más de uno se vea reflejado en las divagaciones nocturnas de Matteo. Lo acaba de editar La Cúpula, la editorial que más temática LGTB lleva en su catálogo, incluyendo todas las novelas gráficas de Ralf König, el gran creador del cómic gay, pero más cercano a la calificación X que a la intimidad.

En esa misma editorial se puede encontrar un trabajo delicadísimo, por la historia y por el dibujo con el que la presenta. Rosa, de la francesa Gaëlle Geniller, traslada al lector al feliz París de hace cien años, hasta un cabaré en el que la estrella es él, Rosa, un niño que no se identifica con ningún género, que se sabe chico, pero a quien le gusta vestirse con vestidos, tocados y perlas, y exhibir su cuerpo a hombres y mujeres en aquellas célebres noches del Molino Rojo. Un atrevimiento narrado con sutileza y a todo color.

Todo lo contrario, trazo grueso, aspereza y blanco y negro, hay en Bat Alan, de Ramón Boldú. Y es necesario ese tono. El subtítulo de la obra lo explica: Biografía de un asesinato social. Funciona como un documental sobre el suicidio de un joven transexual a quien le hicieron la vida imposible. La historia es real, sucedió en Barcelona, y el autor se entrevistó con amigos y familia para narrar este drama. Resultan necesarios trabajos así.

«Bat Alan». Ramón Boldú. Astiberri, 248 páginas, 16 euros

«Rosa». Gaëlle Geniller. Editorial La Cúpula. 236 páginas. 34 euros. 

«Bloom». Kevin Panetta y Savanna Ganucheau. Editorial Planeta. 368 páginas. 17 euros.  

«Generaciones». Flavia Biondi. Editorial La Cúpula. 148 páginas. 15,9 euros.