—Suelo estar atento a cosas nuevas. Tengo la suerte de que en mi banda hay muy buenos buscadores de música. Acabo de descubrir a una chica fabulosa que se llama Bedouine. Y estoy escuchando mucho también a Davy Knowles, muy bueno.
—Hace un par de semanas le pregunté a Fito por su camiseta de «rock and roll» fetiche. Tú también tienes una canción dedicada a una camiseta. ¿Cuál es la tuya?
—Una de Wilco, del disco Yankee Hotel Foxtrot. Ha sido mi camiseta fetiche durante mucho tiempo. De hecho, ya no me la pongo porque está destrozada.
—¿Hay en ti vocación de maldito?
—No. Y según vas cumpliendo años crees mucho menos en eso. He conocido malditos de verdad, a los que he admirado muchísimo, como el desaparecido Rafa Berrio, y, sinceramente, creo que yo no he cultivado el malditismo. He tenido épocas más o menos convulsas pero no he ido a por ello.
-Un proyecto de instalación de parques eólicos en los Valles Pasiegos ha generado una notable movilización y un movimiento colectivo de rechazo en la zona. ¿Eres de los que cree que ese tipo de cuestiones tienen que quedar siempre al margen de la música o serías capaz de, en un momento dado, implicarte e incluir algún contenido social en tus canciones?
-(Se queda en silencio unos segundos) Puede que puntualmente sí que me implicase. Pero creo que esas cuestiones se tienen que defender de otra manera. Yo me he posicionado en contra de ese proyecto en los Valles Pasiegos porque me parece un desastre. Pero creo que mi implicación tiene que ser como ciudadano. Ojalá una canción tuviera el poder que tenía en los años 60 para cambiar cosas. Pero me temo que ya no lo tiene. De todas formas no rechazo la posibilidad de hacerlo de manera puntual. Pero, pufff, siempre he sido receloso de los cantantes panfletarios. De acabar haciendo algo que no tenga validez artística y que muchas veces tiene que ver más con el oportunismo que con la conciencia.
- VIGO AUDITORIO MAR DE VIGO VIERNES. 21.30 desde 28,60 euros
- A CORUÑA TEATRO COLÓNSÁBADO. 21.00desde 27