Chechu Salgado: «Si gano el Goya y las Tanxugueiras van a Eurovisión, hacemos una queimada»

FUGAS

El 12 de febrero sabremos si levanta la estatuilla como mejor actor revelación por «Las leyes de la frontera» y si se suma a la lista de los intérpretes gallegos que tienen este prestigioso premio: «Estoy como un flan», dice

27 ene 2022 . Actualizado a las 15:58 h.

Chechu Salgado (Sober, 1991) es un surfista de las emociones. Acaba de coger la ola de la nominación al Goya como actor revelación por su interpretación de El zarco en Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón, y cabalga sobre ella con la ilusión de la primera vez. Se le nota el entusiasmo desde el principio , nada más descolgar el teléfono, y las ganas de seguir trabajando y disfrutando de su gran pasión, la interpretación.

­—No todo el mundo puede empezar el año con una nominación a los Goya...

—Sí, la verdad es que fue una sorpresa inmensa. Cuando me dieron el papel y por quién dirigía la película (Daniel Monzón) ya sabía que tenía algo muy bueno entre manos. Pero claro, estar nominado a los premios Feroz (mejor actor de reparto) y a los Goya no me lo esperaba. Y estoy supercontento tanto a nivel colectivo por la película como individual, claro. 

­—Al menos un cuarto de goya ya lo tienes y quién sabe, puede que en unos días puedas levantar la estatuilla.

—Por lo menos sé que voy a ir a la gala de los Goya y que lo voy a disfrutar. Con eso es con lo que me quedo. Después, que salga lo que sea. Por lo menos vamos a tener suerte porque va a ser presencial, que hubo un momento en que se dudó. Así que supercontento porque a pesar de las circunstancias poder ir a Valencia a celebrar la gala de los Goya, independientemente de lo que pase, para mí es un sueño.

—Compites con Óscar de la Fuente y Tarik Rmili, de El buen patrón, y con Jorge Motos, de Lucas. ¿Te ves con opciones?

—He visto las otras dos películas y las he disfrutado muchísimo. Todos hacen un trabajo muy, muy, muy bueno. Tanto a Óscar como a Jorge los conocí en la pregala que hubo de los Goya, y son encantadores y majísimos. Estoy muy contento de compartir la nominación con ellos y ahora que pase lo que tenga que pasar. Para mí es un lujo estar con ellos y, aparte de que me parecen unos tremendos actores, como personas también son muy grandes.

­—¿Sueñas con levantar el goya o no has querido pensar en ese momento?

—Cualquier actor o actriz que diga que no sueña alguna vez con levantar un goya, mentiría. Yo he soñado con eso desde que tengo uso de razón y desde que empecé a hacer teatro. Sobre todo, cuando estaba estudiando con 20 años en la Escuela de Arte dramático de Galicia, en Vigo. Muchas veces iba caminando a clase y soñaba con el momento de poder levantar algún día un goya y estar en la gala. Ahora, que lo tengo más cerca, cada vez lo sueño menos. [Se ríe]. Pero antes soñaba con eso de una forma muy romántica y hermosa.

­—¿Ahora te flojean las piernas?

—Puede ser eso [se ríe]. Ahora estoy como un flan.

­—Lo primero que hiciste cuando supiste que estabas nominado.

—Avisar a mi familia. Mi madre vive en Barcelona, mi padre en Galicia y mis hermanos andan por ahí. Estamos todos desperdigados, pero tenemos un núcleo familiar muy potente. Estamos mucho los unos con los otros y lo primero que hice fue escribirlo por el grupo de la familia, por el whatsApp y, directamente, creo que me llamó mi madre.

­—¿Y qué te dijo?

—No se lo creía. Llorando. Estaba trabajando y salió un momento. Lloraba, lloraba y lloraba. Y yo intentando calmarla. Fueron muy emocionantes esas primeras horas y, a la vez, también un poco surrealistas de decir: «¿Me está pasando a mí esto de verdad?». Tiene un punto de ensoñación. Es un conjunto de emociones muy locas, que vinieron todas de golpe y que me hicieron estar todo el día como un flan.

­—Te lo den o no, el hecho de estar nominado ya te augura un gran futuro profesional

—Para mí el mayor premio, y eso lo digo de corazón, sería poder hacer una larga carrera en la interpretación. Espero poder dedicarme toda mi vida a interpretar. Es lo que me apasiona y lo que más me gusta del mundo. Ese sería el mayor premio.

­—¿Has preparado el discurso por si acaso?

—No, no. Prefiero no pensar mucho en eso todavía. Siempre tienes cositas en la cabeza, que crees que podían combinar bien y hacer una buena melodía, pero creo que voy a dejarme llevar y a disfrutar de las cosas.

­—¿Dirías algo en gallego?

Por suposto [se ríe]. Me siento muy afortunado de empezar mi carrera en Galicia y de seguir ahora mismo trabajando en Galicia.

—¿Crees en la maldición de los Goya o tú le harías un meigallo?

—Yo tengo mis trucos para combatir las maldiciones como buen gallego. Tengo mis conxuros particulares para luchar contra cualquier tipo de maldición [bromea]. De todas formas creo que hay mucha gente que ha ganado goyas y que ha trabajado mucho. No creo en la maldición.

­—Si ganas el Goya y las Tanxugueiras van a Eurovisión, el año sería redondo para Galicia.

—Eso sería lo ideal. A las Tanxugueiras les mando todo mi apoyo y ojalá que nos representen en Eurovisión. Son unas fenómenas. Y estoy de acuerdo, que si ellas van a Eurovisión y yo gano el Goya, nos podíamos encontrar a medio camino y organizar una buena queimada [se ríe].

­—¿Has vivido algún verano inolvidable como en Las leyes de la frontera, que te haya cambiado un poco la vida?

—Todos tenemos un verano de esos. Para mí, ese verano de salir del cascarón, rebelde e inocente fue en Sober, en mi pueblo, cuando tenía 15 años, allá por el 2005 o 2006. Ese fue un verano para recordar porque fue cuando conocí a mi pandilla de amigos de mi pueblo que, a día de hoy, muchos aún me duran. Fue el verano más pillo, más de eclosionar.

­—¿Algún amor habrá habido?

—Claro, hombre. Sobre todo era un amor platónico, que solo llegaba a ser como mucho un beso, y eso era peor porque te dejaba alimentándote la imaginación todo el verano.El que no se materializase, te mantenía todo el verano activo.

­—Pues si ese ha sido un verano que te ha cambiado la vida, quizás este enero también pueda cambiártela.

—Sí, este año está siendo maravilloso. No podía empezar de mejor manera y ojalá que se traduzca en un año de mucho trabajo. Estoy muy agradecido.