Zenet: «Cada uno de mis seguidores me los he ganado a pulso»

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El «crooner» malagueño, que en «Zenetianos» revisita su repertorio junto a algunos de los más grandes artistas del país, actúa hoy en Vigo

22 oct 2021 . Actualizado a las 09:25 h.

Confiesa Zenet que la idea de regrabar su repertorio en formato de duetos con artistas que admira le rondaba la cabeza desde hace tres años. «Pero ¿cómo iba a conseguir que me dijeran que sí? Si ni siquiera sabía si me conocían». Pues vaya si sabían de él. Resultó que en muchos casos la admiración era mutua. Y ahí están Coque Malla, Xoel López, Rozalén, Silvia Pérez Cruz, Javier Ruibal, Depedro, Miguel Poveda, Marwan o Vanesa Martín, entre otros, compartiendo micro y emociones con este crooner de la vieja escuela capaz de teñir de elegancia incluso lo más profundo del barrizal.

Hoy viernes, junto a Mambo Jambo, actúa en el Blue Fest, en el auditorio Mar de Vigo. El festival se completa el sábado con la presencia de Miles Sanko y Koko Jean.

­-¿Cómo hizo la selección de zenetianos?

-Con todos contacté personalmente, con toda mi timidez y humildad. Fui yo quien a cada uno de ellos les proponía uno o dos temas, los que creía que mejor se adaptaban a su registro. A partir de ahí, ya íbamos creando una relación de más confianza, ellos me iban diciendo hacia dónde les gustaría llevar la canción y ya fijábamos un día para grabar. Y no creas que ensayábamos mucho. Cada uno de los zenetianos llegaba, nos poníamos a cantar y a la tercera toma, estaba hecho.

-Imagino que contar con semejante nómina de colaboraciones le supuso un chute de autoestima importante.

-La verdad es que sí. Cuando lo estaba acabando me di cuenta de que este disco es un reflejo del momento que hemos vivido. La pandemia ha provocado que los músicos, que siempre habíamos estado cada uno por su lado, nos hayamos llevado mucho entre nosotros. Hemos hecho manifiestos, mil colaboraciones, festivales a través de las redes... Y en cierto modo esta forma de sentarnos juntos, de cantar, de unirnos, es un poco signo de los tiempos.

-¿Tiene la sensación de que la escena musical española ha sido injusta con Zenet?

-No es una cuestión de injusticia. Evidentemente, cuando no estás con las grandes multinacionales, sino en una compañía independiente que solo tiene tres empleados, sabes que vas a jugar de una manera diferente, que vas a estar en otra liga. El cartel de «no hay entradas» yo lo he colgado después de ganarme a pulso cada uno de los seguidores que tengo. Pero con que iba a tener que hacer este trabajo artesanal, mucho más lento y a mucho más largo plazo, ya contaba. Es como enhebrar un traje de torero. Creo que mi sello personal, el que me he ido forjando a lo largo del tiempo, siempre ha tenido que ver con la calidad y con la elegancia. Mi obsesión siempre ha sido hacer música con honestidad, ser yo el primer filtro a la hora de no dejar pasar lo que no me gusta y elegir las canciones sin pensar en que puedan llegar al gran público o quedar bien en una radiofórmula.

-Es cierto que la elegancia es una de sus señas de identidad. Incluso en los momentos más oscuros, que los tuvo, nunca la perdió.

-Cada uno elige sus referencias estéticas. Yo he pasado por varias fases. Durante mucho tiempo trabajaba con un traje de tres piezas y el sombrero muy a lo Sinatra. Después ya me cansé y busqué modelos nuevos, pero casi siempre tienen que ver con el club de jazz, con esa sobriedad sobre el escenario de la camisa negra, de la americana puesta... Luego, para el disco La Guapería, elegí como inspiración los años 20. Y para Zenetianos, dentro del mismo toque de elegancia, estoy eligiendo unos trajes azules con unos polos ribeteados en el cuello y unas zapatillas muy elegantes. Todo eso para mí está relacionado con distinguir el traje del escenario del que llevo por la calle. El del escenario es un traje sagrado que tiene mucho que ver con el personaje que sube y que canta.

-La representación gallega en «Zenetianos» es Xoel López, ¿por qué lo eligió a él?

-A Xoel lo tenía en la mirilla desde hace tiempo porque siempre he creído que había un mundo sonoro que estaba en la intersección entre el suyo y el mío. Y por tonalidad y por estilo, Mil veces prefiero, que es la canción que hace en el disco, creía que le pegaba muy bien. Le llamé, se lo propuse y fue todo muy fluido desde el primer momento. Fue muy bonito grabar con él.

-¿Qué ha descubierto en sus canciones al escucharlas en otras voces?

-Es fascinante porque, cuando cambia de artista, cada canción coge una intención diferente, se va a un plano emocional distinto. Por ejemplo, Pura envidia en la voz de Pasión Vega es una verdadera maravilla. ¿Y qué quieres que te diga de Soñar contigo en la garganta de Silvia Pérez Cruz? Todo toma una dimensión como clásica, una dimensión casi histórica.