Librerías gallegas para viajar en el tiempo, perderse y bailar

JAVIER VILLAVERDE / A. A.

FUGAS

Fiandón se ha convertido en todo un punto de encuentro con marcha para los lectores.
Fiandón se ha convertido en todo un punto de encuentro con marcha para los lectores. VÍTOR MEJUTO

En algunas puedes encontrar cerillas de los años 60 o apuntarte a una clase de cabaré. Estos locales combinan libros exclusivos con objetos de coleccionista y mucha marcha cultural

24 sep 2021 . Actualizado a las 09:04 h.

Si pasas por delante, te va a picar la curiosidad. Estas librerías rompen con lo comercial, no simplemente en lo que ofrecen, sino incluso en su filosofía. Están especializadas en libros únicos y guardan objetos curiosos, descatalogados o de coleccionista. Quien llega buscando una cosa acaba con algo distinto y los que llegan sin nada en mente terminan consiguiendo piezas únicas. Son locales llenos de historias y de encanto para que la gente se pierda descubriendo cosas que no es habitual encontrar en una librería. Hay hueco para todo lo inesperado: vinilos, cajas de cerillas del siglo pasado o clases de cabaré. Más que una compra, la entrada en ellas se convierte en toda una experiencia. Tienen su historia.

VÍTOR MEJUTO

FIANDÓN, LIBROS DE VELLO

Cuando decidió abrir el negocio, Francisco Barcia tenía claro cómo debía ser la librería que a él le gustaría tener. Por eso, al pensar en Fiandón, supo que el espacio era fundamental: «Temos un baixo moi axeitadiño, con algo de música, moi tranquiliña, para que a xente faga o que lle apeteza e se exprese», comenta el propietario. El objetivo aquí es que los clientes se sientan cómodos, que curioseen, se sumerjan en la lectura desde uno de sus sofás, con un café, pero que también puedan «xuntarse, tolear, bailar ou xogar». Esta idea de lugar compartido se fomenta con una gran variedad de actividades a lo largo del año, desde las tradicionales presentaciones de libros hasta clases de teatro, pandereta o cabaré. Más que una librería, este es un espacio de dinamización cultural, un proyecto en el que ellos y los clientes «se retroalimentan». Como dice Barcia, «un fiandón non deixa de ser unha reunión de xente para intentar disfrutar da vida». Y esa es la idea principal, la de ese lugar fijo de encuentro donde se cruzan todo tipo de personas, artistas y vidas. En Fiandón, todos se acaban conociendo y por eso en su puerta siempre hay gente, porque es un espacio en el que surgen «nuevas vidas».

Maruxairas hace una apuesta firme por la nostalgia en el centro de Allariz que atrae a todas las generaciones.
Maruxairas hace una apuesta firme por la nostalgia en el centro de Allariz que atrae a todas las generaciones. Santi M. Amil

EL ENCANTO DE MARUXAIRAS

En pleno casco histórico de Allariz, en «una esquinita con cierto encanto» se sitúa Maruxairas. La frase más repetida en la tienda es: «Ay, esto lo tenía yo», cuenta Marcos Atrio. De hecho, una de las cosas que más llaman la atención es una caja de juegos reunidos Geyper, todo un recuerdo para los adultos, pero una sorpresa para los niños: «Yo les digo que es la Xbox de los 70», bromea el dependiente. Y es que en Maruxairas triunfa la nostalgia, con juguetes antiguos, vinilos de jazz exclusivos del XX, colecciones de cómic antiguas y piezas únicas, como el vinilo Galicia canta, con Celso Emilio Ferreiro tocando el pandero, o un libro de José Suárez de fotografías de nieve, del que solamente hay tres ejemplares en el mundo. Marcos cuenta que le preguntan: «¿Cómo se te ocurre vender estas cosas?», sobre todo al ver su colección de cajas de cerillas de los años 60, con la que los jóvenes «alucinan».

Una tienda que «funciona casi más como un museo». Marcos es un librero atípico, pues considera que la experiencia es lo importante: «Yo soy de los que no suelen recomendar libros, prefiero que la gente busque, que abra un libro y se eche diez minutos leyendo, a ver si encuentra conexión», cuenta. Maruxairas tiene una «filosofía de comercio en el campo», lo que implica una gran flexibilidad a la hora de abrir la tienda fuera de horario: «De entrada, es un cliente que ganas, independientemente de que ese día compre o no», cuenta Atrio. Esta disposición y la posibilidad de encontrar elementos únicos convierten a la librería en parada obligada en Allariz para los nostálgicos, que podrán encontrar ahí piezas «desde 30 céntimos hasta 2.000 euros».

La nueva vida de un referente en la selección de libros antiguos comenzó en A Coruña con la apertura de un local de Follas Vollas, que ofrece auténticas reliquias, vinilos y deuvedés
La nueva vida de un referente en la selección de libros antiguos comenzó en A Coruña con la apertura de un local de Follas Vollas, que ofrece auténticas reliquias, vinilos y deuvedés VÍTOR MEJUTO

FOLLAS VELLAS... Y VINILOS

Desde hace décadas, Follas Vellas ha sido uno de los referentes para los fanáticos de los libros antiguos que visitaban la capital gallega. Ahora, esa afición se puede disfrutar en A Coruña, donde Víctor Manuel Fojo está al cargo de un local que «mantiene el estilo» del que regenta su hermana en Santiago. Follas Vellas destaca por una selección centrada en la calidad. En este local no solo se pueden adquirir reliquias que no encuentras en otra parte. Cuentan con una colección de vinilos, con todo tipo de estilos musicales: «Antes quizás lo que se vendía era sobre todo rock, pero ahora mucha gente mayor se está animando a comprar tocadiscos y les gusta escuchar otro tipo de música». El soul y el jazz conviven con las obras de cantautores españoles o latinoamericanos, con especial interés en Sara Montiel o Rocío Jurado. También hay hueco para la música gallega e incluso han llegado a conseguir ediciones de vinilo de grupos como NHU. Otro de los formatos por los que ha apostado la librería son los CD, que «se siguen vendiendo bien», pero también por los DVD. Aun así, las películas clásicas siguen acaparando miradas, eso sí, «cuanto más antiguas, mejor». Llama también la atención su selección de cómics, sobre todo los de superhéroes de los 80 o 90 y el manga japonés, que conviven con las novelas gráficas.

La librería Cao esconde oportunidades del ámbito del arte y grandes piezas de coleccionista.
La librería Cao esconde oportunidades del ámbito del arte y grandes piezas de coleccionista. CAPOTILLO

CAO, UN BAZAR CON PICA-PICA

Pura vocación es lo que llevó a Laura Carrasco a quedarse con la librería Cao, de Pontevedra, siguiendo con el legado familiar. Desde entonces, para ella «es como si fuera Navidad todos los meses». Se refiere a cuando recibe los catálogos de novedades en este bazar de grandes libros especializada en arte. Su aspecto ya nos cuenta que no es una tienda de libros generalista. El escaparate es «un resumen breve, directo y conciso» de lo que hacen. Después, los clientes llegan a un interior nada convencional: «Yo dejo que los libros hablen, entonces entran aquí y ven un libro de frente de Francis Bacon, otro sobre la Ilustración española en el XX. Son libros que dices: 'Esto no es lo que sueles encontrar...'», asegura la dueña.

La librería apuesta por los libros curiosos, esos que se resisten a ser cazados, como un catálogo de cien artistas gallegos o un libro de los relojes de sol. Muchas veces, son oportunidades únicas que solo llegan «con golpes de suerte». También hay una sección de libros antiguos, que Laura recuperó en homenaje a su abuelo, con piezas como una primera edición de Walt Disney de 1920. Al lado de los libros se encuentra «la zona pica-pica», tentador espacio para todo tipo de cosas interesantes, como soldaditos de plomo, cromos, reproducciones de coches antiguos o reediciones de las célebres mariquitas de otras infancias. El secreto del éxito de la librería Cao es la oferta tan singular que ofrecen, pero la pasión de Laura por la literatura es un punto más: «Es tan vocacional, está tanto en mi ADN, que planté un pedazo de trabajo para venirme a España a ser autónoma y librera en un país en el que ni el 40% de la población lee. Pero soy más feliz que una perdiz», afirma.

Tienen historia. Y éxito.