Nada Surf: «Hoy la industria musical está mejor que hace 30 años»

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Aunque no por voluntad propia, el del domingo en Vigo será el único concierto en Europa de la banda norteamericana, emblema del power-pop

24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alemania, Austria, Holanda, Francia... La gira europea de Nada Surf fue cayendo en cascada hasta que solo quedó Vigo. El grupo que reside a caballo entre EE UU, Inglaterra y España aprovechará la escala para proseguir la grabación de sus nuevas canciones en la casa-estudio que su bajista, Daniel Lorca, tiene en Ibiza. Desde allí nos atiende.

­-¿Cuánto tiempo lleváis sin veros?

-Nos vimos en mayo porque la banda vino a Ibiza a grabar. Pero la última vez que nos habíamos visto había sido en febrero del 2019, cuando dimos el último concierto.

­-¿Habéis notado muchos cambios desde entonces?

-En el grupo no muchos. En la sociedad sí. Algunos de ellos me parecen bien.

-¿Por ejemplo?

-Que la gente se toma las cosas con un poco más de calma. Que no es necesario subirse a tantos aviones. La gente ha empezado a descubrir lo que tiene detrás de su casa. También creo que nos hemos dado cuenta de que tenemos que tener un poco más de cuidado con el planeta, no consumir tanto. Que es mejor pasar más tiempo en la cocina y no tanto en el restaurante.

-También ha cambiado, y mucho, la industria musical en los 29 años de vida de Nada Surf. ¿Qué cambios han sido para mejor y cuáles para peor?

-Creo que lo peor, aparte del reguetón [se ríe], es que los artistas han perdido por completo los derechos de gestión de sus obras, no solo en el ámbito físico, sino también en el digital. Eso les impide ser auténticamente independientes. Tampoco estoy nada contento con Spotify. Es una fórmula demasiado piramidal, no me parece un sistema equitativo de compensación económica. Pero, en general, yo veo mejor la industria musical hoy que hace 30 años. No me gustaba nada el sistema de las discográficas, ni todos aquellos excesos. Había que ir en limusina a todas partes. Creo que eso se ha calmado un poquito.

-Y en todos estos años, ¿han ido cambiando también vuestras influencias o siguen siendo las de siempre?

-Nuestras influencias son de lo más diversas. Matthews, por ejemplo, se crio escuchando música clásica y ahora le encanta el rap. Yo me crie escuchando Pink Floyd, Led Zeppelin, los Stones... Cuando eres joven tienes la tendencia a decir: «Yo solo oigo este tipo de música. Madonna es pop y yo no escucho eso». Después te das cuenta de que hay algunas canciones de Madonna que son la rehostia. Y llega el momento en el que escuchas tantas cosas distintas que es bastante difícil ver de dónde te vienen las influencias.

-¿Habéis conseguido domar las guitarras o han sido ellas las que os han domado a vosotros?

-Un poco de ambos. Una de las cosas que hemos aprendido es a no tenerle miedo a la simplicidad, a los silencios, a los vacíos. Cuando eres más joven y no controlas tanto, el recurso fácil es darle a un pedal de distorsión y meterle caña. En ese sentido sí hemos aprendido a domarlas. Pero ellas también nos han enseñado a ser más dóciles y a saber sacarles el máximo partido sin necesidad de forzarlas.

-«Never Not Together» es un disco muy optimista. «Vive, aprende y olvida», decís. ¿Esa es la clave, aprender a olvidar?

-Sí, olvidar, perdonar y, sobre todo, superarse. De los errores de uno mismo se aprende, pero también es importante saber perdonártelos. Creo que el mejor yo que podemos construir cada uno es la suma y combinación de todos los yos que hemos sido, sin traicionarnos a nosotros mismos.

-Casi todas las canciones sobrepasan de largo los cuatro minutos.

-Otra cosa que vas cogiendo con la edad. Llega un momento en el que dices «paso». Ya no existe la necesidad de hacer canciones de tres minutos para que te las pongan en la radio. Que les den a las radios comerciales. Si nos sale una canción de siete minutos, ¿por qué no? Te permite contar la historia con más movimientos. Es como un poco más cinematográfico.

-¿Cómo es vuestra relación con Galicia?

-Yo soy un cocinitas, así que evidentemente tengo que decir que me apasiona la comida gallega. Mi foto de WhatsApp es un bogavante que nos comimos en Vigo. Me gusta mucho la variedad de regiones de España. En EE. UU. cogíamos la furgoneta, hacíamos cinco horas de viaje y no había cambiado nada. Las tiendas eran iguales, el paisaje el mismo... Aquí, me meto en un coche, salgo de Madrid y en hora y media en cualquier dirección cambia hasta la lengua. Además, Galicia es un poco nuestra casa porque nuestro sello para España [Ernie Records] está ahí. De hecho, tengo que hablar con el grupo para comentarles que, si hacemos Blizzard of '77, en lugar de hacer nuestra versión, podíamos hacer la de Niños Mutantes.

-Y «Show Much Love», ¿la haréis en castellano?

-Eso ya se lo he dicho a Matthews, a ver si se atreve. Aunque dice que le da bastante corte, a ver si le convenzo.

VIGO AUDITORIO MAR DE VIGO. DOMINGO. 20.00. 23,50 EUROS