Este hotel gallego es una obra de arte

Javier Villaverde / A. A.

FUGAS

Xosé Teiga

Es el primer hotel literario de la comunidad. La exposición «Galicia futura» lo ha elegido como un ejemplo de arquitectura responsable. Esta es la filosofía del Bela Fisterra

28 mar 2022 . Actualizado a las 22:41 h.

A la orilla de la playa de A Langosteira se erige el hotel Bela Fisterra. Desde su apertura en el 2018, lo han alabado por su arquitectura, singularidad y evolución. «Quixemos evocar construcións antigas, que se parecese a unha antiga conserveira e salazón, dúas naves cun patio central onde había unha poza para tratar o peixe», comenta Pepe Formoso, su dueño, toda una «declaración de intenciones», que buscaba perpetuar la esencia del patrimonio arquitectónico gallego. Formoso relata que también tuvieron en cuenta que el edificio se integrase perfectamente en el entorno. De hecho, asegura que para llegar al hotel «case hai que buscalo», dada su armonía con el paisaje de la zona, que se extiende hasta los jardines, uno de ellos compuesto de flora de las dunas que lo rodean.

La sostenibilidad es el principio sobre el que se construye el Bela Fisterra: «O hotel estaba pensado para facer un produto diferente dende o punto de vista da construción, o deseño e a filosofía, que fose sostíbel e acorde cos tempos e a natureza», explica Formoso. Es un proyecto que podría parecer ambicioso, pero que, poco a poco, ha ido tachando todas las casillas.

Xosé Teiga

Estos aspectos han sido decisivos para incluir al hotel en Galicia futura, una exposición «multidisciplinar y colectiva» que, en palabras de su comisario, Miguel Ángel Cajigal, homenajea piezas que elevan el valor de Galicia en un futuro en el que nuestro lugar «viene desde la identidad y lo auténtico, porque hacer algo que nos representa directamente es lo que nos coloca en el mundo». La muestra tiene un telón de fondo claro: el medio ambiente. «Tenemos que ser mucho más sensibles con nuestra huella, en cuanto a materiales, consumo energético e impacto en el paisaje», considera Cajigal, que explica que estos han sido los criterios para seleccionar los establecimientos más evolucionados.

Un lugar con alma

«Queríamos dotar o edificio non só de corpo, senón tamén de alma», afirma Formoso. La esencia del lugar reside en la cultura literaria. Cada una de sus 16 habitaciones referencia una de las grandes obras de la literatura universal del mar y se acompañan de ilustraciones del estudio de Xosé Teiga, con de estrofas representativas de cada libro e incluso una banda sonora personalizada. Todas siguen esa narrativa, menos la última, denominada Marea viva: «A súa filosofía é que un artista en vida apadriñe ese espazo por un tempo», revela el propietario, que añade que la tematizan acorde con la obra del artista elegido.

Por otra parte, destaca su compromiso energético. El hotel se abastece con fuentes sostenibles, que reutilizan los excedentes. Esta concienciación se repite con los recursos hídricos, que aprovechan el diseño arquitectónico. «As nosas cubertas están orientadas para regar o xardín central», dice el gerente, que aclara que recogen las aguas pluviales para emplearlas en épocas de mayor sequía.

Todo esto, junto con la diversidad de actividades culturales que ofrece a lo largo del año, convierte al Bela Fisterra en un hotel, como dice Formoso, «único no mundo» y que ahora, con el reconocimiento de Galicia futura, se ha convertido en toda una «obra de arte».