Anne Plantagenet: «En Francia, María Casares guardaba un frasco con arena de Bastiagueiro»

FUGAS

Patrice Normand

A París llegó como exiliada y se convirtió en mito. La estrella que prometió no pisar España hasta morir Franco, nunca regresó a su Galicia

09 jul 2021 . Actualizado a las 10:23 h.

En la Rúa Panadeiras, en la que se crio, era Vitoliña. En la parisina calle Vaugirard, donde se refugió, aprendió a dominar los fonemas del francés y vengarse de quienes la llamaron «bárbara». María Casares A Coruña, 1922 -Charente, 1996), el «finisterre» de su gran amor, Albert Camus, fue una bestia interpretativa ante la pantalla y sobre los escenarios, donde expresó su libertad robada en España. Conquistó al público galo y Francia a ella, pero su leyenda nunca renunció al pasaporte español. La escritora y traductora Anne Plantagenet nos engancha en La única María Casares (Alba Editorial) a la vida de una mujer sin igual.

-Galicia, su acento, su idiosincrasia, A Coruña, la Guerra Civil... son omnipresentes.

-María Casares nunca olvidó su tierra natal, sus raíces. En su vida, esa identidad gallega quedó muy fuerte en ella, aunque fuese exiliada y hablase otro idioma, o por eso. Galicia fue un elemento fijo en una vida muy en movimiento.

­-¿Por qué nunca regresó? Actuó en Madrid tras la muerte de Franco, pero esquivó las invitaciones para venir aquí.

-Por miedo de sentirse decepcionada, de ver su casa saqueada. Y por orgullo y lealtad a la memoria de su padre, de su familia. El exilio es un viaje sin retorno.

-Entonces, ¿nunca echó de menos esto?

-Toda su vida. En su casa en Charente hay dos frascos con arena de Montrove y Bastiagueiro. No eligió esa finca por casualidad. Nueva Aquitania es una región muy verde y lluviosa, recuerda a Galicia.

­-¿Qué la llevó hasta María Casares?

-El factor detonante fue la lectura de la correspondencia con Albert Camus. Luego, la de su autobiografía, Residente privilegiada. En esos dos enormes libros encontré muchos detalles muy concretos. Para documentarme, vi también todas sus películas, los archivos de la Biblioteca Nacional y me alojé en su casa en Charente.

María Casares (A Coruña, 1922-Alloue, Francia, 1996).
María Casares (A Coruña, 1922-Alloue, Francia, 1996).

­-Es curiosa la forma con la que empieza los capítulos: «Ella es »... En unos es María Casares, en otros Maria Casarès, Vitoliña, Vitola, Marie-Victoire... ¿Quién fue?

-Esa cuestión de la identidad me pareció precisamente el corazón, el hilo conductor de su vida, y de mi libro. Cómo te vuelves Maria Casarès, actriz trágica francesa, cuando naciste María Victoria Casares Pérez y no hablabas ni una palabra de francés a tu llegada a Francia con 14 años.

­-¿Quién sería de no tener que exiliarse?

-Imposible decirlo. El exilio fue clave en su vocación. Al cruzar la frontera, decidió cambiar de vida, de identidad, de papel… Y empezó a actuar. Sentía la culpabilidad del superviviente. Por eso no quería mirar hacia atrás, sino seguir adelante, actuar, actuar, actuar, todo el tiempo.

-Sus padres la marcaron. Él, Santiago Casares Quiroga, presidente del Gobierno en la Segunda República. Ella, Gloria Pérez, la indómita hija de una cigarrera con la que, escribe, María compartió amante.

-Ambos la marcaron mucho. El padre por su cultura, su curiosidad, su compromiso político, su sacrificio. La madre por su belleza, su sensualidad, su excentricidad. Ambos fueron figuras libres y trágicas.

El escritor Albert Camus, a la izquierda, junto a la actriz gallega María Casares. Conocida en Francia como Maria Casarès, nació en A Coruña en 1922. Su padre, Santiago Casares Quiroga, fue presidente del Gobierno de la Segunda República y su madre, Gloria Pérez, era hija de una cigarrera coruñesa. En 1931 se trasladaron a Madrid por el trabajo como político del padre. En 1936, después del golpe militar, cruzaron la frontera por tren desde los Pirineos
El escritor Albert Camus, a la izquierda, junto a la actriz gallega María Casares. Conocida en Francia como Maria Casarès, nació en A Coruña en 1922. Su padre, Santiago Casares Quiroga, fue presidente del Gobierno de la Segunda República y su madre, Gloria Pérez, era hija de una cigarrera coruñesa. En 1931 se trasladaron a Madrid por el trabajo como político del padre. En 1936, después del golpe militar, cruzaron la frontera por tren desde los Pirineos

-En Galicia, María Casares bautiza los premios de teatro, pero aún cuesta asimilar la enorme fama que tuvo en Francia.

-Fue muy famosa en Francia, como actriz de cine al principio de su carrera, en los 40 y 50, y como la gran actriz de teatro que fue ¡durante más de 50 años! Actuó en los más famosos escenarios y con los mas famosos directores y actores. Su figura sigue siendo muy importante en la escena teatral aunque, la verdad, la publicación de la correspondencia con Camus (con un éxito enorme aquí) renovó la atención sobre ella. Sería mucho más famosa hoy si hubiera hecho toda su carrera en el cine más que en el teatro, arte efímero por esencia. Pero no se sentía libre en un plató. Le gustaba actuar delante de un público, sin un director que la obligase a hacer la misma escena decenas de veces, a llorar por encargo.

-Tuvo éxito, ¿pero fue feliz?

-No lo sé. Fue feliz, muy feliz, muchas veces. Y a menudo. Pero en el fondo de ella… Lo dice en sus cartas a Camus, habla de nostalgia, de tristeza, de un miedo muy enterrado. Y la muerte de Camus fue sin duda un duelo incurable.

«La única María Casares»

Anne Plantagenet

EDITORIAL Alba Editorial PÁGINAS 192 PRECIO 18,50