Teresa Novoa: «Concepción Arenal debió de vivir lo que hoy llamamos 'bullying'»

FUGAS

Novoa dibuja a la Arenal joven y rebelde que se convirtió en pionera feminista
Novoa dibuja a la Arenal joven y rebelde que se convirtió en pionera feminista

La ilustradora y tataranieta de la pionera gallega, la primera universitaria española, dibuja en un cómic su infancia

11 jun 2021 . Actualizado a las 12:07 h.

En la casa de Moaña en la que Teresa Novoa (Madrid, 1955) pasaba los veranos colgaba de la pared del pasillo el retrato. Esa imagen en blanco y negro en la que una Concepción Arenal adulta posa con gesto serio y duro. «Es la foto que está en todas las casas de la familia Arenal», asiente la ilustradora, tataranieta de la visitadora de cárceles y activista que se vestía de hombre para ir a la universidad y que en 1869 publicó un tratado feminista tan rompedor y vigente como es La mujer del porvenir. «Realmente, es que nunca se vistió de señora, con las ropas y adornos que correspondían a una mujer de buena posición», puntualiza Novoa. Comenzó a dibujarla para saber quién era realmente Concha (Ferrol, 1820 - Vigo, 1893), ese antepasado cuyo nombre se pronunciaba «en susurros» en su infancia en la España del franquismo.

 Motivada también por Manuela Carmena, quien escribe el prólogo y la animó a plasmar en un cómic los primeros años de Arenal, a la que la jurista definió como «una de las más extraordinarias mujeres de nuestro país», Teresa firma con Mónica Rodríguez, la escritora y guionista de esta historia, La mujer del retrato (Nórdica), un libro hermoso y sugestivo que nos revela a Conchita. «Nadie nos dijo nunca que había sido una niña pelirroja», destaca Teresa.

UNA JOVEN PELIRROJA

 A partir de escritos, cartas, recuerdos familiares y, sobre todo, de La caminante y su sombra, la investigación con la que la profesora Anna Caballé ganó el Premio Nacional de Historia, Teresa imagina la juventud, hasta los 23 años, que pudo tener una mujer que hay que seguir reivindicando 200 años después de su nacimiento.

 -Ojos azul verdoso, trenzas rojas y libre, corriendo por Armiño con su Gran Danés.

-Era una niña crítica y rebelde, con una ternura y empatía especiales, además de un nivel de inteligencia tremendo. Y, aunque nació, se crio, murió y pasó muchos años en Galicia, también era cántabra, de donde era su familia paterna. Concha estuvo muy influenciada por su padre, un militar represaliado por sus ideas liberales. Él la impregnó de ese sentido de la justicia tan grande que la marcó. Cuando muere, siendo ella niña, tuvo la suerte de irse de San Miguel de Leiro a las montañas cántabras, donde hace una vida en libertad, salvaje, y está rodeada de personas que le proporcionaban libros. El cura, sus tíos... En Armiño no es hombre ni mujer, es libre. Cuando se mudan a Madrid, su madre la matricula en un colegio de señoritas. En la ciudad contempla las injusticias en el orfelinato, que estaba cerca de donde parece ser que vivieron, y en la calle. En el colegio debió de sufrir lo que hoy llamaríamos bullying, por su forma de ser y por cómo vestía.

-¿Es un libro ilustrado para niños?

-No está pensado para un público infantil, sino adulto, y sé de muchos adolescentes que lo están leyendo. Con este cómic, en el que es una pata fundamental Mónica, autora del guion que ilustro basándome en el puzle que encajó Caballé, lo que hacemos es sentar las bases de cómo debió de sensibilizarse de joven Concha para pelear por los desfavorecidos de adulta. Aunque ha trascendido el cliché de que se disfrazaba de hombre para poder ir a la universidad, algo que sí es cierto que hizo al principio, desde niña vestía con ropas flojas y austeras. Se quitaba las faldas en cuanto podía y se quedaba con los pantalones. Se iba al monte y era libre. De adulta, llevaba su traje talar, como una sotana, con levita larga. Sin adornos ni pendientes. Hoy sería muy moderna.

-¿Por qué había que recomponer el puzle de su vida?

-Con los datos que Caballé contrastó empezaron a encajar las piezas. Esa mujer del retrato que sentía que me traspasaba desde el cuadro era firme en su defensa de la educación igualitaria, pero también afable y cariñosa, como la que imagina Manuela Carmena, que escribe el prólogo. Fue una mujer que vio las miserias y reaccionó. Lo que queremos es que no desaparezca su mensaje. No era nada vanidosa, hay pocas más fotos suyas en la familia. No le gustaba hablar sobre ella, sino de lo que se podía conseguir. En el 2020 Nórdica reeditó La mujer del porvenir, ilustrado por Antonia Santolaya. Por la pandemia, esperamos al 2021 para sacar este cómic. Muchos se sorprenderán de lo modernas y actuales que eran Concha y las ideas que defendía.

-¿Qué más cosas descubriste?

-En una carta que le escribe a su marido, le dice que va a jugar con probetas a la facultad. Según parece, asistió primero a clases de medicina y física. Estudia leyes después, movida por las injusticias sociales. De pequeña, leía libros sobre anatomía y cuando empieza a escribir en la Iberia lo hace sobre ciencia. Le apasionaba.