La vida creíble de una juglaresa en la corte de Alfonso X

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CONSELLO DA CULTURA GALEGA

María López Villarquide imagina la historia que encierra la leyenda de María Pérez la Balteira

12 mar 2021 . Actualizado a las 06:00 h.

Es todo un reto imaginar cómo era la vida de una mujer criticada por ser libre y famosa en el siglo XIII. Pero María López Villarquide (A Coruña, 1982) ya imaginó la historia de otra pionera —la primera catedrática española, Luisa de Medrano, en el siglo XVI, en La catedrática—, por lo que juega con cierta ventaja. En La juglaresa, Villarquide idea una historia que justifique las andanzas de María Pérez, la Balteira, una gallega que aparece en 16 cantigas de la época de Alfonso X el Sabio.

Para darle forma a las aventuras de esta mujer de familia rica de la zona de Monfero que hace de juglar, bailarina y música en la corte castellana, que juega a los dados y enamora a todos, Villarquide opta por unas memorias. Después de ocho siglos escuchando lo que los demás decían de ella —a la que no perdonan que no se comprometiese con ningún hombre—, Balteira toma la palabra y reconstruye su leyenda. La autora, doctora en Documentación y Análisis Cinematográfico, es capaz de explicar las decisiones de María Pérez a partir de los pocos datos que se saben de su vida.

Es el de La juglaresa un texto fácil de leer, que atrapa por la intensidad de lo que ocurre. Está dividido en capítulos según las peripecias de la gallega: De cuando fui niña, De cuando fui bailarina, De cuando fui fugitiva, De cuando fui puta, De cuando fui cruzada y De cuando fui Balteira.

Con estos mimbres traza Villarquide un camino tortuoso, doloroso, con sus traumas y amenazas, pero también con sus luces y felicidad, donde hay espacio para la inocencia. Opta por darle a la Balteira un espacio propio en el baile, que la libera y que le permite soportar todos los avatares que el destino no se cansa de enviarle.

Es interesante la relación que la autora dibuja entre María Pérez y sus compañeras de fatigas, Alegre y Tarsiana, el antes y el después, con sororidad salpicada por los celos en un mundo despiadado. Pero sobre todo el pulso con nada menos que la reina de Castilla, Violante, a quien se presenta en este libro como la otra cara de la moneda; un personaje tan complejo como Balteira y con mucho poder, con otro poder diferente al de la juglaresa, que vive en paralelo a la protagonista y que se convierte en su némesis.

Como telón de fondo, la corte itinerante, las rebeliones mudéjares, el abandono de los hidalgos de su responsabilidad, el control de la Iglesia y los coloristas personajes de un mundo en construcción.