Eme DJ: «Suena chungo decirlo, pero Twitch me ha salvado la vida»

FUGAS

ANGEL MANSO

Su canal está entre los más seguidos en el apartado de música en España

05 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

De entre la pléyade de damnificados que en el ámbito de la música va dejando la pandemia, quizá de quien menos se esté hablando es de los Djs. Injusto a todas luces. En pocos meses han visto cercenados todos sus frentes: clubes, festivales, locales de copas... Lo sabe bien Marta Fierro, Eme Dj, quien tras 15 años de ascendente trayectoria profesional se vio obligada a frenar en seco. Con las consecuencias económicas y emocionales que ello acarrea.

Por fortuna, hace unos meses, asomó Twitch a su vida y se hizo la luz. Y la música. Su canal está entre los más activos y más seguidos en el apartado de música en España. «Twitch me está ayudando mucho a sobrellevar todo esto. En el sentido emocional estoy mucho mejor de lo que estaba hace unos meses».

No le duele en prendas a Eme Dj reconocer que hasta hace nada se había manifestado reticente a los streamings. Entendía que de alguna manera suponía regalar su trabajo. Pero Twitch permite monetizar las sesiones, bien mediante una suscripción o un donativo. Una fórmula que tampoco convence del todo a la Dj de Sada. «Claro que me viene bien y me hace ilusión que me den pasta, pero me sabe mal por otra parte. No mola estar pidiendo. Estamos un poco como viviendo de la caridad. Yo prefiero que me pague un promotor».

Pero ha encontrado Eme Dj en este formato una gratificación añadida. «Estoy llegando a sitios desde mi casa a los que jamás imaginaría poder llegar. Conociendo a gente de San Francisco, de Japón... Poco a poco he ido creando una comunidad de la que, además, me llega mucho feedback a través de los chats en los directos.La conexión y la complicidad que he conseguido con la gente que me sigue, eso en un festival no lo tengo».

Es ese feedback el que, de alguna manera, viene a atemperar la frialdad de pinchar ante el vacío. «Antes, viendo a la gente, más o menos, sabías por donde tirar. Pero ahora no. Aquí solo gracias al chat tengo feedback. No es igual, pero por lo menos tienes una referencia».

También echa de menos Eme en este formato la experiencia física, el trance del baile colectivo, el sudor y los brazos en alto. «En un club o en un festival la gente va a bailar, a rozarse, a vivir esa especie de comunión con la música en grupo... En Twitch la experiencia es muy diferente. Es cierto que a mí me posibilita seguir ahí, y que a la gente le permite seguir escuchándome, pero no, nunca es lo mismo».

Tampoco lo es, ni mucho menos, a nivel de rentabilidad y sustento. «Ahora mismo me estoy centrando en Twitch porque es lo único que tengo. Es a lo que me estoy agarrando. Pero desde el punto de vista económico no podría vivir de Twitch como vivía antes».

SIN BOLOS A LA VISTA

La pandemia, el confinamiento y sus repercusiones llevaron a Eme a dejar Madrid, donde residía desde hace años y regresar a Sada. El revolcón geográfico se ha traducido también, en cierta manera, en un giro conceptual. «Me he dado cuenta de que con una conexión a internet podría vivir y, de algún modo, trabajar desde cualquier sitio. Ahora mismo no echo de menos aquella burbuja de Madrid en la que estaba. Me estoy dando cuenta de que Galicia está de puta madre. Aquí se vive muy bien».

Reconoce Eme que no le resultó fácil gestionar la vorágine a la que estuvo sometida en los últimos años. Y que en ese sentido el obligado parón tuvo, en un primer momento, algo de bálsamo. «A mí me encanta pinchar pero sí es cierto que en los últimos cinco años, con el tema de los viajes y de la soledad, yo he tenido una época en la que lo he pasado mal. Así que eso no lo echo de menos. Pero sí que echo mucho de menos pinchar en una cabina frente al público, claro».

Algo que, asume, también este año también tendrá muy complicado poder llevar a cabo. «De momento no tengo bolos a la vista. Intento tirar con lo que he conseguido ahora».

Aun así, llegado el día en el que por fin pueda volver a pinchar desde una cabina y con el público delante, confiesa que su intención es seguir manteniendo su canal y realizando sesiones vía streaming. «A mí me ha ayudado mucho todo esto... Yo hace tres meses estaba... que me quería morir. Y mira ahora. Si tengo que decir si Twitch me ha salvado la vida, por muy chungo que suene, tengo que decir que sí».