Ser normal y de la USC

Mercedes Corbillón FUGAS

FUGAS

22 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Soy del club de la madre de Jeanette Winterson cuando le dijo aquello de para qué ser feliz cuando puedes ser normal. Bueno, no es que crea que haya que poner limitaciones a las tendencias sexuales de nadie, que por ahí iba la frase de la buena señora cuando su hija adolescente le confesó que le gustaban las mujeres.

La felicidad está sobrevalorada, pero la tranquilidad es un bien a perseguir. Yo soy tranquila por naturaleza, ya puede estar derrumbándose el mundo que a mí me puede pillar en el baño o enamorándome, que a veces es lo mismo. También puedo estar ensimismada, mirando el horizonte o colgada de una metáfora, un recuerdo, una ilusión y encogerme de hombros mientras los escombros pasan a mi lado. Los miro indiferente como si viera caer hojas de un árbol en otoño.

El otro día algo perturbó mi sangre muerta, que diría la madre de la narradora de Panza de burro, y salió el escorpión que llevo dentro. Soy buenísima haciendo daño, casi nunca lo hago, pero si sucede soy implacable, se derrama la sangre como en una peli de Tarantino. Incluso la mía. La hemorragia fue tan fuerte que después del levantamiento de cadáveres sentí la ansiedad moviéndose como una culebra por mis tripas, tanta que busqué una pastillita para ser feliz del alijo que le robé a mi abuela cuando murió, allá por el año 2008. El Tranxilium debía de estar caducado porque eran las seis de la mañana y yo seguía en el sofá dando vueltas como el demonio de Tasmania y pensando en que ni siquiera las drogas están cuando las necesitas.

Lo que nunca falla son las amigas. Alertadas por un wasap de desesperada madrugada me empezaron a llamar una tras otra. El consejo de la primera lo contradecía el de la segunda y la opinión de la tercera anulaba la de los anteriores, y así todo el rato, pero qué suerte entender y ser entendida, que decía Catulo. Bueno, eso lo dicen los personajes de las series que siempre son amigos desde que estudiaron juntos en Harvard, a saber lo que decía el poeta veronés, nosotras somos de la USC.