Una «extraterreste» gallega con más de 50.000 seguidores

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Antía Díaz es ilustradora, «animal lover» y «buena personer». Así se presenta esta artista gallega a la que puedes llamar rara. Lo recibe como un elogio

18 sep 2020 . Actualizado a las 11:30 h.

La distancia social que necesita es superior a dos metros, la equivalente al perímetro de seguridad que necesita un espacio vital propio para no sentirse amenazado. La ilustradora gallega Antía Díaz, de 31 años, supera los 50.000 seguidores en Instagram con un sentido del humor que no escurre el bulto de las miserias cotidiana. El extraterrestre humano es su primer libro, y en él invita a ver el lado cómico de nuestras contradicciones y cagadas.

-¿Quién es «el extraterrestre humano», cómo nació, de dónde llegó?

-En un momento de mi vida en el que me sentía mal, perdida, empecé a poner dibujos esporádicos en Instagram. Fue muy poquito a poco, hasta que tomé la decisión, hace dos años, de quitar todas mis fotos y que se quedasen solo mis dibujos. Es una versión exagerada no de mí misma, pero sí de como yo me veo. Yo me he sentido extraterrestre toda mi vida.

-Que te llamen rara no es insulto para ti, sino un halago, ¿no?

-Sí. Yo he llegado a la conclusión de que ser raro no solo no es malo, sino que es genial. Si todos fuésemos iguales, no existiría la evolución. Si nadie se saliese del camino, siempre estaríamos en el mismo sitio. Pero ser capaz de irte por un lado propio tiene que salir un poco solo.

-Y hay que echarle valor.

-Ir desafiando límites que nos ponen desde pequeños, salirte de las jaulas mentales, y dejarte ser. Sin forzarlo...

-¿Hay muchas jaulas invisibles?

-Sí, lo veo con los niños, con mis sobrinos, tan genuinos. Los miro y pienso: «¿En qué momento nos torcemos?».

-Este «extraterrestre humano» tiene rarezas muy humanas. Es como si le quitase al día la chapa de Míster Wonderful.

-Pero yo no digo que ese tipo de cuentas tengan mala intención. Las utopías te empapan de energía, pero no son algo cien por cien real... Me gusta jugar con eso, dibujar cómo es la realidad sin tapujos. En todo hay una vuelta que te puede hacer reír.

-¿El «crush» y el Tinder nos han cambiado los amores platónicos y los amores reales o somos los mismos desde Platón?

-Ha cambiado el ritmo... Veo que los chavales de 14 años siguen pensando y teniendo las mismas necesidades e inquietudes que los de los 70, pero ahora todo con prisa. Hoy lo queremos todo ya, no nos damos tiempo a conocer a la persona de la que nos sentimos enamorados, o a perdonar un error. No hay ese punto de cocer las cosas al fuego que necesitan para que se hagan bien. Lo que veo en Tinder es que se crean expectativas irreales a partir de una foto. Y cuando hay un match es como si te saltases el paso de conocer a la persona para avanzar y pasar directamente al «nos gustamos».

-Vivimos un tiempo que tiene todo, menos tiempo.

-Por eso hoy el tiempo es lo más valioso.

­-El móvil es uno de los grandes protagonistas de tus viñetas. ¿Por qué?

-El móvil es lo que tenemos siempre encima, ¡más que la ropa... casi!

-¿Sueñas, como dibujas, con una tormenta solar que destroza todos los dispositivos?

-Uno de mis mayores sueños es irme a una casita en mitad del monte casi que yo sola, rodeada de árboles, con mis animales. Quiero gente pero a la vez fantaseo con esa idea de alejarme.

-¿Sabes lo que es vivir sin tecnología?

-Hasta los diez años no he tenido Internet en casa, solo consola. Me parece interesante recobrar el contacto más directo. Estamos rodeados de estímulos que nos hacen querer abarcarlo todo y al final lo hacemos todo rápido y mal, incluso las relaciones.

-¿Qué es lo más humano y lo más extraterrestre que has visto en la pandemia?

-He visto una mezcla total de humanidad y de falta de ella. Hay gente muy entregada, y otra que se deja llevar sin más por oleadas de aplausos.

-Al menos 50.000 personas se reconocen en tu extraterrestre humano... No debe de ser tan extraterrestre.

-¡Mira tú lo poco raros que somos que hay unas 50.000 personas que se sienten identificadas con lo que te pasa!