A Indiana Jones le duelen las rodillas

FUGAS

PAUL BUCK

31 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta la leyenda que Harrison Ford trabajaba como carpintero en el estudio en el que George Lucas preparaba American Graffiti. Al director de cásting le cayó bien y se lo presentó al director. El resto es historia: Lucas le daría después el papel que marcaría su carrera y a varias generaciones de espectadores. ¿Alguien puede imaginar a Han Solo con otra media sonrisa? A sus espaldas, cinco películas como el mejor contrabandista de la galaxia. Y entremedias, un hito de la ciencia ficción, Blade Runner y ese Deckard que volvió, 35 años después, demostrando que quien tuvo, retuvo. Y por supuesto, otra saga legendaria: Indiana Jones, de la mano de Spielberg, con tres películas (la cuarta, algo menos) en las que esa mezcla improbable de arqueólogo y aventurero se convirtió en sinónimo de éxito. Tanto que habrá una quinta, a la que el actor llegará con los 78 años que cumplió esta semana.

¿Volverá a restallar el látigo o será un entrañable profesor jubilado? En la promoción de su última película, La llamada de lo salvaje, reconocía que cada vez que retomaba a uno de los personajes icónicos de su juventud, a lo que aspiraba era a no parecer un idiota.

Y a la vista está que ha conseguido hacerlo: no tendría sentido que el Han Solo o el Indiana Jones de las últimas películas saltase al mismo ritmo que en los años 80. A Han y a Indi le duelen las rodillas, afortunadamente.