«Si hay una recesión, la cultura se considera prescindible»

FUGAS

MARCOS MÍGUEZ

El promotor gallego Kin Martínez preside la recién creada Federación de la Música de España, que aglutina al conjunto del sector en un complicado momento

03 abr 2020 . Actualizado a las 10:49 h.

A finales del 2019 nació oficialmente la Federación de la Música de España, entidad que aglutina a las organizaciones que representan a la música en vivo, a la música grabada, a los editores de música y a la gestión de derechos de autor. Como presidente de la Federación fue elegido uno de sus principales impulsores, Kin Martínez, responsable de Esmerarte y, a la sazón, de festivales como O Son do Camiño y Portamérica. Su inicio no ha podido ser más turbulento. La crisis del coronavirus ha paralizado por completo al sector y ha puesto en jaque incluso la supervivencia de muchos de sus actores.

-¿Cómo están afrontando esta situación?

-Tenemos dos frentes. La cancelación de actividades, ante la que ya hemos solicitado a las Administraciones una serie de medidas de choque. Y la incertidumbre del futuro. Como el producto cultural se considera de lo más prescindible cuando entramos en una recesión económica, ya veremos el tiempo que va a pasar hasta que se pueda recuperar y estabilizar el sector.

-¿Y en Galicia, con un Xacobeo a las puertas?

-Exactamente igual. O se crean unas ayudas de protección estructural a todas las empresas que forman el tejido de la industria musical o no habrá empresas gallegas que puedan organizar el Xacobeo porque no nos recuperaremos a tiempo.

-¿Ve peligrar alguno de los grandes festivales de este año?

-Es muy aventurado decir cuánto va a durar esto y cómo estaremos dentro de tres meses y medio. En principio, con los plazos que se prevén, los eventos en los que estamos trabajando estaríamos a tiempo de celebrarlos. Otra cosa será el ánimo de la gente. A ver cómo evoluciona la situación de psicosis colectiva y qué tiempo de protección tenemos. Lo que sí garantizamos es que, si se realizan, el público no va a correr ningún riesgo desde el punto de vista sanitario. Así que vamos a esperar.

-Además de estas demandas excepcionales, ¿cuáles son los objetivos generales que se plantea la Federación?

-Desde el punto de vista laboral, cualquier sector tiene que tener definida una clasificación y regulación laboral: perfiles, puestos de trabajo… El segundo paso será crear una formación específica regulada para esos puestos de trabajo, porque ahora mismo la mayoría de los que operamos en el sector somos autodidactas. El tercer punto sería realizar las adaptaciones fiscales que incentiven, por ejemplo, la reducción del elevado índice de temporalidad. Para ello, primero hay que entender al sector y luego entender cómo tiene que tributar. Y por último, que seamos reconocidos como un sector estratégico. Si conseguimos todo esto, tendremos por fin un sector articulado y estructurado. Tocará entonces trabajar con la materia prima del sector elaborando un plan global de protección del talento local. Para ello, lo primero será necesario identificar ese talento. ¿Dónde nace, en las salas de conciertos? Pues trabajemos en mejorar la normativa de las salas. A partir de ahí ya podremos consolidar a esos artistas e introducirlos en el mercado. Un ejemplo muy claro fue lo que sucedió en España con el movimiento indie.

-¿Por qué se ha tardado tanto en aglutinar a todo el sector?

-Creo que todos teníamos claro todo esto, pero había que prender una mecha y ponernos a trabajar. Ahora mismo el gran reto es que nos creamos que es posible.

El sueño de crear la Academia Española de la Música

Uno de los grandes objetivos de la Federación es crear la Academia Española de la Música. Una entidad que ya existe en otras artes y que, además de encargarse de la organización de unos premios anuales, serviría de «casa común» para el conjunto del sector.

Se trata en realidad de una vieja aspiración de la industria musical, pero que Kin Martínez ve más cerca que nunca. «La gran fuerza de la Federación de la Música es que nos ha puesto de acuerdo en una serie de líneas que hemos consensuado todos los ámbitos del sector, aunque en algunos casos tengamos intereses antagónicos. Todo ello tiene necesariamente que derivar en la creación de la Academia Española de la Música».

La cuestión de la financiación surge de inmediato. La Federación trabaja en fórmulas jurídicas que favorezcan el mecenazgo y los patrocinios, tanto privados como institucionales, que hagan posible su plan estratégico de actuaciones. «Tiene que haber una alianza socioeconómica, pero también de preservación del interés cultural, para que todos vayamos de la mano. Podemos ir a distintas velocidades porque somos conscientes de que los recursos son limitados. Pero no se trata de pedir más, sino de optimizar lo disponible. Con eso sobraría dinero para sacar adelante nuestro plan», apunta su presidente. «Un plan que además se retroalimentaría porque va a generar mucha economía de mercado a su alrededor. Este sector con poca inversión genera mucho retorno».

Llegado el momento de establecer prioridades, Kin Martínez tiene muy claro qué sería lo primero que habría que atender. «Todo lo relacionado con personas y talento. ¿Para qué tenemos que gastar tantísimo dinero buscando artistas en el mercado global cuando con una buena estrategia de desarrollo del talento y de profesionalización del sector lo podemos tener aquí?». Como segunda prioridad establece la normativización: «Es imprescindible para que ese talento pueda tener desarrollo».