-Sí, pero a lo largo de tu vida te equivocas muchas veces, tomas decisiones incorrectas. O te das cuenta de pronto de que tu camino es otro y coges las riendas a todos los niveles: producción, música, estás en todo. Y ese fue mi caso. Puede que este trabajo tenga muchos errores, pero a raíz de eso he aprendido. Si lo comparo con mi anterior disco creo que hay una evolución a nivel musical y también en las letras. Es una evolución notable.
-La producción está muy cuidada, apostaste por el show, más natural.
-Sí, para mí haber hecho una gira tan grande el año pasado, compartir tanto con el público me ha hecho crear un trabajo desde otra perspectiva. Pensando ya directamente en los conciertos y en ese público.
-Está dirigido a esas guitarras, esos coros…
-Totalmente. Todo está pensado, desde las primeras maquetas a guitarra y voz está enfocado a los directos para compartir con el público, corearlo, también pensado para mi banda, para que todos lo disfrutemos. De hecho, añadimos una guitarra más por eso.
-Sueles insistir mucho en la banda, en la necesidad de hacer grupo, de ser una piña, de estar todos motivados.
-Es vital que en un proyecto estés involucrado y te sientas parte. Para mí mi banda es fundamental, todos además de ser grandes músicos son grandes personas. Tengo la gran suerte de sentirme con ellos como con mi familia, y de compartir esto. Yo necesito de la motivación de mi banda para salir al escenario y dar el cien por cien. Es una energía que se traspasa y por eso mismo necesitamos estar conectados para darle al público lo que verdaderamente hay ahí. Para mí ellos son vitales.
-En esa energía, ¿eres tú la más motivadora? ¿Eres esa leona o esa rabuda que dices que eres?
-Tiramos todos de todos. Cada uno tiene su carácter diferente, algunos somos más cañeros, otros son más tímidos, nos complementamos superbién porque somos una banda diversa y porque todos somos una piña. Yo sí soy de las que está siempre de broma y me gusta estar de buen rollo, sí que me gusta que el ambiente de trabajo sea ese. Estar siempre en armonía y en esa onda de buenrollismo porque de lo que se trata es de disfrutar y pasarlo bien.
-No sé si has trabajado este disco muy en calma, has estado en México en Londres, ¿tú compones en la intimidad?
-Suelo componer por la noche y altas horas de la madrugada, aislada del mundo y a mi rollo. Ya sea con la guitarra o con el piano. De ahí salen cosas que luego cuajan o no, pero para que salgan hay que sentarse: es también un hábito.
-¿Es una rutina que hay que marcarse?
-Sí, además de que mi trabajo me gusta, no deja de ser un hábito que cultivar. No sale solo, aunque la inspiración te pueda venir en algún momento y puedas apuntar una idea, o una nota, luego necesitas sentarte horas y que muchas veces no salga nada para que un día salga algo.
-En el 2017 fue el bum de «O.T», luego sacaste «Cicatrices», que fue disco de oro, y ahora este. ¿Tienes pensado dar fruto constantemente?
-Si la industria me lo permite y tengo esa suerte de seguir en este mundo, mi ilusión es esa: seguir componiendo y trabajando. Esta es una carrera de fondo, quiero seguir aprendiendo y dando todo.
-¿Qué has aprendido este año?
-Uf, de todo. Aprendí a grabarme a mí misma, cosas que a nivel tecnológico desconocía. Cuando tú coges las riendas de todo y te lo manejas tú te ves solucionando aspectos que antes ni sabías, lo bueno es que tengo un gran equipo que me ha ayudado mucho.
-¿En qué crees que es mejor este disco?
-Es una evolución, la producción es superfiel, la banda en directo. Estuve encima de cada violín, de cada piano, de cada nota que hay. Y se aprecia ese salto a nivel musical. Hay también una variedad de canciones y a nivel estilo se ve por donde me inclino yo, ese pop-rock en esencia, y todo el disco tiene una coherencia: esa Miriam con su guitarra, más pop-rockera, se ve más claramente el nivel donde yo me posiciono, con esa guitarra.
-Una guitarra que llevas tocando desde los 6 años, tu seña de identidad.
-Sí, la guitarra es algo que forma parte de mí. Desde hace dos años me acompaña la eléctrica, con muchos colores, y es además la que aparece en la portada del disco. Con ella hago referencia también a esa dirección que le da título, es una guitarra que me caracteriza mucho, esa fuerza que transmito desde el escenario y que forma parte de mí.
-¿Qué parte hay más gallega de esta Miriam?
-Todo, todo. Yo creo que me voy a la Luna y se me nota, es inevitable esta conexión que tengo yo con mi tierra, mi familia, mis raíces, con mi gente. Es difícil que no se transmita en todo lo que hago. De hecho hay una canción, Home, que habla de mi casa, de lo que echo de menos a mi gente y de las ganas que tuve de volver con los míos. La gente que he perdido por el camino, que echas de menos y de pronto desaparece. Home refleja lo que yo siento con mis raíces y lo que es Miriam arraigada a su tierra y a su manera de ser tan gallega.
-¿Es verdad que no puedes ver los vídeos de «OT»?
-Sí, sí. Me da cierta fobia. Ya estoy en otra etapa de la vida, esa se quedó atrás. Estoy muy agradecida de haber estado ahí, pero ya estoy en otro punto.
-¿Sigues escuchando música tan variada o estás enganchada a alguien en concreto?
-Escucho de todo, de todo. Latina, urbana, pop… Pero últimamente escucho mucho a Izal, me gusta esa idea del grupo que es banda. Escucho también a Coldplay, pero no dejo de empaparme de todo tipo de sonidos, no soy nada prejuiciosa.