«La Señora C. cuestiona la sociedad completamente»

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE

FUGAS

Nacho García

La actriz Silvia Marsó vuelve a Galicia para presentar en Ourense la que es su primera producción en solitario, «24 horas en la vida de una mujer»

15 nov 2019 . Actualizado a las 18:33 h.

La actriz Silvia Marsó (Barcelona, 1964) cuenta que en los últimos años le ha sido imposible tener vacaciones, algo que la hace muy feliz porque significa que las cosas van bien. Con 40 años de carrera artística a sus espaldas, la catalana dice que ahora le encanta disfrutar del poco tiempo libre que tiene entre Málaga y Barcelona, ciudades que le corren por la sangre, sin olvidarse de Galicia: «Tengo un amor especial a esta tierra y me encanta venir siempre que puedo, aunque sea menos de lo que me gustaría». Después de participar en las representaciones de Yerma o Doña Rosita, la soltera, de ser Alexia en Ana y los siete y Elvira Prieto en Gran Reserva, ahora se mete en la piel de la Señora C., protagonista de 24 horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig. Con ella actuará mañana en el Auditorio Municipal de Ourense, a las 20.30 horas.

-¿Cómo descubre la obra?

-Este libro concreto llegó a mis manos por casualidad, aunque yo ya había leído varias obras de Stefan Zweig y me gustaba especialmente El mundo de ayer, que me parece una obra maestra. Cuando empecé a trabajar en Gran Hotel, mi personaje tenía una especie de encuentro, una pasión tortuosa a pesar de la diferencia de edad, con Eloy Azorín. A raíz de eso, él me lo regaló, porque precisamente habla de una relación de este tipo. En ese momento, la leí por primera vez y al cabo de muy pocos meses me enteré de que la estaban haciendo en París, así que fui a verla. Me fascinó. Estaba convertida en un musical de pequeño formato y me enamoré de la composición musical del ruso Sergei Dreznin. Decidí que esto lo tenía que hacer sí o sí en España porque nunca había visto una obra así.

-Además, como productora...

-Para mí era un gran reto porque era mi primera producción en solitario y además con un estilo teatral que no se parecía a nada. En esta obra la música sostiene la dramaturgia y a la vez no se deja nada de la profundidad de Zweig ni de su mensaje. A ello se suma la dirección de Ignacio García, que rechazó grandes proyectos en el extranjero por estar con nosotros y es algo que le agradeceré siempre. Me atreví con este espectáculo porque tenía mucha confianza en que le iba a gustar al público y a la crítica.

-Sobre el escenario está acompañada de actores y de músicos.

-Sí, los actores son Marc Parejo y Germán Torres. Interpretan a dos personajes maravillosos, el joven y el hombre, que están conmigo en escena todo el tiempo. Y también están con nosotros sobre el escenario tres músicos, violín, violonchelo y piano, que interpretan en directo toda la música y las canciones.

-Háblenos de su versión del espectáculo.

-Es muy vibrante. Está lleno de vida y de pasión, aunque también hay conflictos, porque esta mujer, la Señora C., por primera vez en su vida se da cuenta de lo que significa vivir. Ella, siendo aristócrata, ha vivido a través de lo que le iban dictando los demás y tras una serie de circunstancias se da cuenta de que no lo ha hecho, de que no ha vivido; ahí es cuando adquieren valor las 24 horas en la vida de esa mujer. Los espectadores, igual que los lectores de la novela, a través de esta experiencia pueden reflexionar sobre las oportunidades perdidas. La obra invita a defender la propia vida a muerte, caiga quien caiga, y a enfrentarnos a los convencionalismos, al estatus y a la zona de confort de ser necesario. Por supuesto, mientras tanto van pasando muchísimas cosas porque además es un espectáculo trepidante.

-¿Cómo es trabajar en la piel de la Señora C.?

-Al contar con Ignacio García, todo es muy fácil. Es un director que tiene una profundidad casi mística y durante toda la puesta en escena, aunque hay momentos irónicos y cómicos, está latente el pensamiento profundo de Zweig. La Señora C. es un ser que cuestiona la sociedad completamente a través de su pensamiento y de sus acciones.

-Después de dos años de su estreno, ahora presenta la obra en Ourense, ¿habrá más paradas en Galicia?

-Pues tengo la intención, pero estoy muy extrañada puesto que siempre he tocado varias provincias gallegas en las giras que he hecho y, sin embargo, esta vez eso no ocurre. Ourense será la primera actuación por esas tierras y, sinceramente, espero que haya muchos más bolos en la zona. Antes era mucho más fácil actuar en Galicia, pero ahora la cosa está muy complicada para las compañías, no sé por qué. Además me haría muchísima ilusión, la verdad, porque tengo sangre gallega, mi abuela era de Ferrol y se llamaba Blanca Gallego Landrove. Siempre lo digo por si en algún momento me aparece algún primo o familiar que desconocía, me encantaría.

-Pronto verá la luz «Merlí: Sapere Aude». ¿Cómo ha sido para usted participar en el proyecto?

-Es como un spin-off de Merlí, el mismo equipo técnico, pero con nuevos actores. Yo interpreto a Esther, la tía de uno de los coprotagonistas de la serie con quien tiene una relación muy especial. Ha sido una pasada poder participar en esta serie después del éxito que alcanzó Merlí.

  • Auditorio Municipal de Ourense 16 de noviembre, 20.30 horas