Amor, un secreto familiar, la guerra y vino

FUGAS

19 jul 2019 . Actualizado a las 12:46 h.

Una primera descripción fácil de esta novela podría ser decir que es una lectura de verano, un cliché usado para esos libros que se leen del tirón o para esas obras que acompañan una tarde de playa. Pero por qué no tumbarse en la arena con La señora Dollaway, por ejemplo. Y nadie diría que la obra de la señora Woolf es una novela de verano. La de Ann Mah es algo más que una de esas obras bautizadas de ese modo a las que, por otra parte, hay que ensalzar por su poder para convertir a lectores esporádicos en amantes de la lectura. Esta es una pieza que retrotrae a una adolescencia llena de novelas de Pearl S. Buck, esas que saben combinar tres de los ingredientes que no suelen fallar en una novela: amor, una compleja historia familiar y la guerra. Pero además aprovecha para informar sobre un sector de moda como es el mundo del vino, el acompañante ideal para los platos que reinan en cualquier evento gastronómico. Por algo la autora es una experta en escribir de temas culinarios. Una de las cosas que cuenta en esta novela es cómo es por dentro el competitivo mundo del vino.

El hilo conductor de todo es la protagonista que vive en Estados Unidos dedicada al trabajo y a lograr el complicado título de Máster of Wine. Para prepararse regresa al lugar en el que pasó su infancia, una bodega en la Borgoña que perteneció a su familia y a la que, por una razón que el lector descubrirá a medida que pasa las páginas, no se atrevía a volver. Allí se encuentra con una vieja amiga que acabó casada con su primo, con el joven con el que flirteó por primera vez, con una vieja maleta que perteneció no se sabe a quién, con recuerdos guardados en un trastero... y con un secreto escondido entre valiosas botellas. Revolviendo en esos viejos recuerdos es cómo la autora va desvelando la historia de una familia y su papel en la Segunda Guerra Mundial. Aunque en el argumento pueda parecer propio de un guion de telefilme, la historia va ganando fuerza a medida que la protagonista ahonda en lo que pasó en su familia. Porque aunque ya no estén, los objetos, las cartas hablan.