Superficialidad en blanco y negro

Antía Díaz Leal
ANTÍA DÍAZ LEAL UNA VIDA DE PELÍCULA

FUGAS

¿Nos deja fríos «Elisa y Marcela», de Coixet?

14 jun 2019 . Actualizado a las 13:09 h.

Cada vez que aparece en la pantalla eso de «basado en hechos reales», recorre la columna vertebral un escalofrío de pánico. Los riesgos de estar ante un producto de sobremesa de usar y tirar son tan altos que cuando se convierte una historia real en un peliculón (que los hay, y no pocos), hay que celebrarlo como una fiesta. Cuando además el material del que parte la película es tan impactante como la historia de Elisa y Marcela, y cuando detrás está una directora tan interesante y personal como Isabel Coixet, las expectativas suben varios puntos. Posiblemente por eso, la sensación grisácea cuando acaba la película, el jarro de agua fría, es mayor. ¿No merecen estas dos mujeres, convertidas en símbolo de la lucha por el matrimonio igualitario y la libertad sexual, una aproximación más profunda, y sobre todo, más entretenida?

Hay en esta película, la primera que Coixet dirige para Netflix (y que se puede ver en la plataforma desde el pasado viernes), una vocación por acercarse a la intimidad de las dos mujeres con mucha delicadeza. En las miradas entre las actrices Natalia de Molina y Greta Fernández, en sus caricias, en su forma de acercarse físicamente por primera vez, se esconde mucha más profundidad y mucho más interés que en todo el recorrido de la película. Pero el interés se queda ahí, encerrado como ellas entre las cuatro paredes de la casa. De alguna manera, parece que querer contar la sucesión de hechos que llevaron a estas dos mujeres a casarse el 8 de junio de 1901 en la iglesia de San Jorge de A Coruña, a ser perseguidas, a escapar a Portugal, la detención, la cárcel, la decisión de marcharse a Argentina, lastra cualquier posibilidad de seguir profundizando o buscando nuevas lecturas que habrían resultado más interesantes y probablemente menos pesadas. La preciosa fotografía en blanco y negro no es suficiente para que la historia que nos cuenta Coixet se despegue de una superficie de la que parece no poder salir.