Vanessa Montfort: «Somos adictos a hacer, y no a ser, a llenar la vida de algo productivo»

FUGAS

MARCOS MÍGUEZ

Después de triunfar en países como EE.UU. o Corea del Sur con una historia que se adelantó al «Me Too», Montfort presenta nueva novela, «El sueño de la crisálida»

24 may 2019 . Actualizado a las 12:09 h.

El éxito internacional de Mujeres que compran flores le ha dado a la dramaturga y escritora Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) libertad creativa para su quinta novela. La autora catalana presenta El sueño de la crisálida. Un título que esconde una metáfora y una llamada de atención al lector: que lo urgente no silencie lo importante.

­-¿Cómo van las ventas en Galicia?

-Muy bien. Además, tengo una relación catárquica con Galicia. Mi primera novela la terminé aquí. Me encerré en un hostal de Santiago.

­-Como a Mary Shelley, ¿también le inspiran los paisajes umbrosos?

-Me crie en Londres y allí pasa como en Galicia. La gente está obsesionada con la lluvia y habla de ella todo el día. El que viene de fuera se espera un clima lluvioso y romántico. ¡Y no siempre es así! Ahora, la lluvia siempre me ha inspirado. Del mal tiempo nacen los escritores.

­-¿Aporta autonomía un éxito como «Mujeres que compran flores»?

-¡Mucha! Tras Mujeres, que coincidió con el movimiento Me Too, temía un encargo similar. Después del plagio lo más terrible es el autoplagio. El lector quiere que lo sorprendas.

-Sin embargo, las protagonistas vuelven a ser dos mujeres.

-Sí, pero es una historia diferente.

-¿Las historias protagonizadas por mujeres solo interesan a las mujeres?

-No, no se explicarían 22 ediciones solo en España de Mujeres que compran flores.

-Usted dijo que le estamos quitando intensidad a la vida. Con el estrés en el que estamos instalados, ¿cómo es posible esto?

-Hay demasiado ruido. Plazos demasiado cortos para todo. Cosas que te encargan en tiempo negativo, que son para ayer. ­ Estamos enganchados a mirar el móvil cada cincos segundos. A llenar nuestra vida de algo productivo. ¿Cómo es posible que tanta gente tenga ansiedad, problemas para dormir, colon irritable o duerma con una férula en la boca? Le producimos estrés a nuestra cabeza. Corremos detrás de nuestra vida. Tenemos puesta la música, la tele y atendemos el teléfono al mismo tiempo. El sosiego que nos falta es la consecuencia de una adicción a hacer, en vez de a ser.

-En «El sueño de la Crisálida», Patricia y Greta se conocen en un vuelo. ¿Somos más parecidos al compañero de asiento de lo que creemos?

-Para uno de los personajes me inspiré, de hecho, en una persona real. Las dos han vivido la violencia de un grupo humano o de una persona con falta total de empatía. Una en el mundo del periodismo, otra en el de la Iglesia. ­Cuántas veces no habremos escuchado la frase: «Esto siempre se ha hecho así».

la violencia escondida

-¿El libro es una historia de violencia?

-Vivimos instalados en una sociedad donde se asume como cotidiana la violencia de la anormalidad. Se nos deja ser distintos si ya hemos alcanzado un hito profesional. Pero, el trayecto hasta ahí es muy espinoso. Una persona con cualquier diferencia que la haga saltar del plano, en el colegio o en el trabajo, dependiendo de la madurez del grupo humano en el que caiga, va a ser maltratado o admirado. La psicopatía organizacional ciega lo original.

-Habla de una metamorfosis.

-No quería una novela oscura. Como una crisálida, las protagonistas se rebelan. El dolor solo se supera si ha cicatrizado, sino puede convertirte en un monstruo.

-¿La tecnología tiene la culpa?

-No es la tecnología, sino su mal uso. Se ha sustituido el cara a cara. Con un wasap puedes dejar a la pareja o tener una conversación muy seria. No debería de ser así. El wasap no tiene tono, no se ríe. Abrigado por la distancia de un dispositivo electrónico puedes hacer más daño. Nada importante se debería comunicar por un mensaje, ni siquiera por teléfono. La falta de empatía es una pandemia.

LIBRO «El sueño de la crisálida»

AUTORA vanessa montfort

EDITORIAL Plaza & Janes PÁGINAS 560 PRECIO 17,95