Sofía Ellar, la cantautora «indie» que ya es mucho más que su Instagram

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Antes de aprender a hablar, esta madrileña nacida en Londres cantó a una grabadora. Esas fueron las primeras notas de una artista cuya repercusión crece al fulgurante ritmo al que también compone, con la poesía como base. La próxima semana regresa a Galicia

12 oct 2018 . Actualizado a las 21:02 h.

Suma más de 221.000 seguidores en Instagram, unos 20.000 nuevos solo del último mes. Sin embargo, hace ya tiempo que los temas de Sofía Lecubarri y Ruigómez, conocida como Sofía Ellar (Londres, 24 años), despegaron por sí mismos. «Soy un torbellino», dice de ella misma. Tanto, que en un margen de menos de dos años le ha dado tiempo a publicar dos discos (Seis peniques y Nota en do), a los que se suman cuatro sencillos (Verano con lima, Cenas que acaban en juerga, Humanidad en paro y Versión de cobarde), todo ello autoeditado. Los próximos jueves 18 de octubre (Sala MasterClub, Vigo) y viernes 19 de octubre (Playa Club, A Coruña) sus sentimientos y su inseparable guitarra retumbarán en Galicia.

El vínculo de Sofía con la música fue tan tempranero que se lo tuvieron que contar. «Antes de aprender a hablar, canté “Papito, papito, papito mío” en una grabadora de mi abuela en Londres», relata la joven madrileña, que se mudó a la capital con su familia cuando tenía 5 años. Allí fue donde, cumplida la mayoría de edad, apostó por estudiar Administración de Empresas, aunque en el momento le costó asimilar el consejo de sus padres. «Al principio puede que me frustrara un poco no poder ir adelante con la música, pero al final me di cuenta de que en la vida hay que tener un plan B, sobre todo en este mundo tan inestable», reflexiona. Y es que, además, fue la etapa universitaria la que más le valió para impulsar su futuro en los escenarios: Sofía basó su trabajo de fin de grado en su propio proyecto musical. «Me di cuenta que hay hueco también para un modelo de negocio que no esté amparado por una discográfica y lo canalicé a través de herramientas digitales», explica. Así que «con muchísimo trabajo» y el Instagram como elemento fundamental, «la empresa y la música fueron creciendo de la mano».

«Nunca pensé que acabaría siendo la cantante que soy ahora ni una figura pública», expresa. Para llegar a lo que es actualmente, Sofía no se despegó un milímetro de uno de sus mayores amores: la poesía. La madrileña lee «una barbaridad» a Lorca, Neruda o Miguel Hernández. «Tuvimos una profesora de Lengua, Laura, que no paraba de leer y enseñar poesía», recuerda. Además, en su casa se escuchaba mucho a Silvio Rodríguez, al que también se enganchó. Se preguntaba cómo hacia sus letras y, poco a poco, le empezó a dar valor a nuevos sentimientos. Así, cada una de sus composiciones «siempre nace de una poesía». «Antes de ponerle música a algo, lo tengo que leer y tiene que tener sentido», detalla Sofía, que escribe sin horario fijo, pero «con mucho curro» detrás de cada composición.

Y por el medio, el amor aparece como hilo conductor, aunque expresado, apunta, «de multitud de formas». «Hay miles de amores, y como es algo que todos hemos conocido alguna vez, es muy fácil sentirse identificado. Además, las canciones son como las películas: cuantas más veces la escuchas, más sentidos nuevos les encuentras», expresa Sofía.

También una inspiración, y algo más, es su pareja, el cantante de éxito Álvaro Soler (Sofía o La cintura): «Es maravilloso aprender de él como artista y, sobre todo, como persona, porque es admirable en todos los sentidos». La química entre ambos se vio a la perfección el pasado verano en el Náutico de O Grove -en la foto-, donde Sofía deslumbró y él la acompañó en alguno de los temas.

¿El reto ahora? «Seguir aprendiendo de los artistas con los que me encuentro y, sobre todo, trabajar muchísimo más. Quiero seguir contando lo que siento y llegando a la gente».