Leonardo Sbaraglia: «A medida que uno crece, aprende que las cosas no se pueden agarrar»

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El actor regresa con «Félix», el primer proyecto para televisión de Cesc Gay, que ha supuesto algo muy importante para él. Reconoce que España ocupa un lugar principal en su carrera y no descarta instalarse de nuevo en un futuro

16 mar 2018 . Actualizado a las 08:36 h.

Regresa a España con un personaje, que dice, es una de las cosas más bonitas que le han pasado en su vida. Leonardo Sbaraglia (Argentina, 1970) es el protagonista de la primera serie para televisión de Cesc Gay, Félix, que se estrenó hace unos días en Movistar+. Esta promoción le ha traído unos días a España, donde no descarta instalarse de nuevo. Sin embargo, la familia tira, y de momento su hija, hace que pase gran parte del tiempo en su tierra natal, donde en los últimos años se ha convertido en el actor que más películas ha rodado, incluso por encima de Darín.

 -¿Te ha pasado con el guion, lo mismo que a mí con la serie, que engancha?

-No, cuando lo leí no me pasó, lo que fue increíble, fue el trabajo que fuimos haciendo con Cesc (el director). Más allá de lo que cuenta la historia y que está muy bien guionizado, el trabajo que Cesc le fue imprimiendo a los gestos, a cada uno de los personajes, a las relaciones de Félix... Esto fue lo más original. Yo inmediatamente me di cuenta. El primer o el segundo día de rodaje ya vi que iba a ser muy rico para mí este trabajo, de mucho aprendizaje. En el guion yo no le veía tanto atractivo a la historia, le veía mucho más sentido al cómo. En definitiva es un poco lo que dice Cesc: «Una historia de suspense, mafiosa, policial, de acción... ya se hizo tantas veces que qué voy a aportar yo a eso». Lo que a mí más me interesa es llevar un personaje a la casa de las personas.

-Dices que Félix es una de las cosas más bonitas que te han pasado en la vida.

-Sin duda. Es una experiencia muy completa, en la cual tuve la suerte de tener un gran compañero ruta, con el que te puedes dejar llevar casi con los ojos cerrados...­

-A Cesc le gustas...

-¿Ah sí?

-Te ha escogido. Y es su primera serie de televisión.

-Tal cual, yo no lo entiendo, me parece mucho riesgo. Cualquier trabajo de esta envergadura es mucho riesgo para cualquier persona, inclusive para una persona que él conociera más, pero claro, a mí me conocía muy poco, solo había tenido una experiencia conmigo y emprender un viaje con un hombre con el que prácticamente vas a tener que convivir físicamente, creativamente, espiritualmente casi seis meses de trabajo diariamente es una apuesta.

-Félix se deja llevar y acierta. ¿Tú también tienes esa parte intuitiva?

-Yo creo que todos nos deberíamos dejar llevar un poco más. Tendríamos que ser un poco más Félix, a veces pensamos mucho las cosas...

-Ya habías estado anteriormente en Andorra, ahora de nuevo seis meses, ¿cómo se lleva tanto frío?

-¡Uf! Además yo soy especialmente friolero. A veces toca, y no te queda de otra...

-¿Tuviste tiempo para esquiar?

-No, no soy un gran aficionado, a pesar de que lo he hecho un par de veces y me encanta. Si lo supiera hacer mejor habría aprovechado, pero tampoco tenía tiempo, ni hubiese podido, porque si no no había serie.

-Estamos en el momento de las series, ¿hay que aprovechar este tirón?

-Es un momento en el cual la ficción audiovisual está cambiando, de plataforma, la manera... Es un momento increíble y no sabemos en dónde va a terminar, inclusive mucha gente hace minipelículas en las redes sociales, y la gente que invierte dinero en el mercado se está dando cuenta de esto y están apostando.

-¿Tenías ganas de volver a España?

-Muchas, la verdad que muchas. Es un lugar donde yo he vivido muchos años, he hecho cosas muy lindas y me ha representado un aprendizaje en mi etapa de crecimiento muy importante.

-¿Qué tendrían que ofrecerte para que te quedaras aquí?

-No tiene tanto que ver con eso, porque me han ofrecido las cosas más hermosas que te puedas imaginar y algunas las he podido hacer, pero el tema es la familia, está lejos, pero bueno, mi hija está cada vez más mayor y todo va cambiando. Puede ser que se vuelva a dar, vamos a ver si hacemos cuatro temporadas de Félix... [Risas].

-Quedarías congelado.

-No, no, podemos buscar otros sitios.

-En Argentina llevas una temporada rodando sin parar. He leído que eres el actor que más películas hizo desde el 2010, por encima de Darín. ¿Te sentías el actor del momento?

-No sabía esta estadística. Uno no se siente de ninguna manera, uno va haciendo, va enfrentándose a las distintas dificultades, tratando de atravesarlas. Uno como actor nunca se siente de una manera u otra, o se pone en un lugar valorativo.

-¿Te toca decir muchas veces «no»?

-Sí, por suerte, y muchas veces por desgracia, porque en ocasiones dices que no, no porque no te guste el proyecto, sino porque te has comprometido con otros, has tenido que tomar una decisión.

-El ritmo es intenso, ¿qué te hace parar?

-Ahora desde diciembre no trabajo, estoy más tranquilo, porque lo necesitaba. Me necesitaba mi hija, me necesitaba mi cuerpo, lo necesitaba yo.

-Has dicho en alguna ocasión que hacías terapia. ¿A veces es necesaria?

-Yo creo que lo necesitamos todas las personas de una manera u otra. Creo que el ser humano necesita ese lugar de reflexión, de ver con perspectiva algunas cosas de tu vida...

-¿A ti te funcionó?

-Por supuesto. No hay nada malo en poder discernir, analizar, discriminar, ver las cosas con distancia, volver a realizarlas, cosas del pasado, cosas que te aquejan hoy día, es importantísimo para cualquier persona, pero igual hay gente que lo resuelve de otra manera, que tiene ese vínculo consigo mismo en otros escenarios.

-¿Le das muchas vueltas a las cosas que te pasan?

-Soy de pensar y eso, pero tampoco me ahoga tanto la cabeza. A medida que uno va creciendo, va soltando, va aprendiendo a que las cosas a veces no las puede agarrar.