50 años no es nada

CARLOS PEREIRO

FUGAS

Estos temas suenan suenan frescas y geniales, pero tienen ya medio siglo a sus espaldas

16 mar 2018 . Actualizado a las 13:02 h.

Nunca les ha ocurrido que hablan de los 70 y en su cabeza dicen: ¿hace 30 años? No se preocupen, el redondeo es normal. Ubicarse temporalmente es difícil a veces, más aún si series y películas están pobladas de canciones que todavía hoy suenan frescas y geniales, pero tienen ya medio siglo a sus espaldas... ¡Quién lo diría!

HEY JUDE. THE BEATLES (1968)

La apoteósis coral que encierra «Hey Jude» quizás solo sea comparable a un meteorito entrando en contacto directo con nuestra atmósfera. Escrita por Paul McCartney a Julian Lennon (hijo de John) es una de las piezas musicales imprescindibles de la historia terrícola. Su comienzo, su final y su progresión perfecta elevan al oyente hasta el Olimpo Beatle. Pasarán los años, y pasaron, pero «Hey Jude» nunca pasará de moda.

 HAVE YOU EVER BEEN. JIMI HENDRIX (1968)

El poderío instrumental de Hendrix se hizo más que evidente en sus dos primeros discos, pero Electric Ladyland dibuja todo su carisma compositivo y deja piezas como este «Have You Ever Been...». El LP es una obra maestra atemporal, pero el regusto delicado que posee la canción que le da nombre es un derroche de talento armonizado y arreglado a la perfección. Apenas dos años después Hendrix diria adiós.

MRS. ROBINSON. SIMON&GARFUNKEL (1968)

Como single, la canción de Paul Simon fue lanzada en 1968 y trepó rapidamente en las listas de éxitos. Parte de la aclamación popular llegó dada gracias a la película protagonizada por Dustin Hoffman, «El graduado», de la cual formaba parte como BSO. En teoría, el estadounidense debía componer tres temas para la cinta pero solo pudo mostrarle uno al productor: Mrs. Roosevelt. Bastó mudar el apellido para encajarla en el filme. 

SYMPATHY FOR THE DEVIL.THE ROLLING STONES (1968)

Incluida dentro del «Beggars Banquet», la banda comenzaba uno de sus momentos más dulces y alabados compositivamente hablando. «Sympathy for the Devil» es un coqueteo con el pecado, alejado del blues o el rock al uso. Una experiencia tribal que acaba por hechizar entre el caótico solo de Richards y los omnipresentes coros. Inmortal. Su continua aparición en series y películas es casi pandémica. Hasta Mötorhead la versionó.

LIGHT MY FIRE. THE DOORS (1968)

Debutó en 1967 pero fue de nuevo lanzada en 1968. «Lighy my fire» es un retrato ideal de los Doors. Curiosamente, la letra no es de Morrison, sino de Robby Krieger, genio junto a sus compañeros detrás de la enorme figura del poeta que acaparó siempre todas las miradas. Entre culmen sexual y estupefaciente, parte de la letra iba a ser censurada en televisión. Finalmente Jim la cantó tal cual. El teclado de Manzarek es oro puro.

SUZIE Q. CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL (1968)

Nunca un grupo sonó tan roquero con unas guitarras tan claras. Fogerty y los suyos firmaron en su primer disco el paradigma de lo que sería el rocanrol venidero. Suzie Q posee un riff conciso y directo, que se repite hasta la saciedad y sirve de acompañamiento perfecto igual que la machacona batería de Clifford. Dale Hawkins es el auténtico padre de esta criatura que ya sonaba en 1957.

RESPECT. ARETHA FRANKLIN (1967)

Aunque originaria de Ottis Redding (y musicalmente distinta), Aretha Franklin la convirtió en una de las canciones indispensables del siglo XX. En el 68 se agenció dos Grammy y actualmente forma parte de la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos. El deletreo del título es una de las líneas vocales más emblemáticas de la historia. Mágica su interpretación en la cinta de John Belushi y Dan Aykroyd, «The Blues Brothers».

SAN FRANCISCO. SCOTT McKENZIE (1968)

Nada fue lo mismo después del Verano del Amor. Himno clave del movimiento hippie acontecido en América, traspasó todo tipo de fronteras y llegó a ser tomada en 1968 por la gente de Checoslovaquia como un canto a la libertad durante la Primavera de Praga. «Si vas a San Francisco, asegúrate de llevar flores en tu pelo». Scott nunca volvió a cantar un éxito tan notable, pero la belleza de la que dotó este hit ya es un mito.